«Tenía en mis manos una de las primeras patentes registradas en Bolivia, y la pionera en lo relacionado al tema coca. La misma data de 1917 y la firmaba el presidente Gutiérrez Guerra. Por aquel entonces, la cocaína estaba legalizada.
“Por cuanto William H. Verner y Emilio Jerrarony, domiciliados en la ciudad de La Paz, han obtenido por los trámites legales privilegio para el ejercicio y la explotación del invento denominado ‘Nuevo método sistemático de extracción de la cocaína de las hojas de coca’. Por tanto se les confiere esta patente y registrada en el Ministerio de Industria les será bastante para el goce de los derechos inherentes a dicho privilegio por el término de 15 años”.
El viejo edificio gris de paredes blancas y despobladas de la Camacho, donde actualmente se ubica el Viceministerio de Industria y Comercio, alberga el documento en la biblioteca del Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Senapi). Privilegios Industriales, Libro I (1917-1925), primera página. Ahí estaba el curioso dato.
Y mientras en Bolivia se listaba este proceso, en Estados Unidos se venían otros vientos. En fechas cercanas, 1914, la Coca-Cola se vio obligada a dejar de utilizar cocaína en su mezcla. En aquel momento, la ofensiva empresarial y mediática del estadounidense Harvey Wiley —realizada desde 1912— precipitó la descocainización. Desde entonces, únicamente se usan las hojas de coca como saborizante y la famosa bebida ha perdido sus antiguas cualidades estimulantes. Perú y Bolivia fueron siempre su fuente principal de materia prima. La demanda, pese a todo, cada vez es menor. En 1985, Coca-Cola compró más de 500 toneladas de coca a Bolivia. En 1995, fueron tan sólo 204. Hoy, Colombia ha entrado en dura competencia de mercado con estos otros dos países.
Años antes, el vino francés Mariani —elaborado por Angelo Mariani en 1863— había vivido un proceso similar al de Coca- Cola. Su contenido de cocaína lo convirtió en la preferencia de reyes, magnates, artistas y estadistas. Tanto fue así que se comercializó con éxito en Europa y en Estados Unidos. Incluso el Papa León XII condecoró al producto con la medalla de oro del Vaticano.
Pero, como ocurrió con la Coca-Cola, llegaron las prohibiciones y el magistral vino —que contenía 0,12 gramos de cocaína por cada 28 de licor— terminó por desaparecer. En Bolivia, Evo Morales habló más de una vez de la existencia actual de un trago en el exterior elaborado a base de hoja de coca. Sin embargo, no dio más detalles.
Una tradición milenaria
Pero las anteriores son fechas recientes, ya que el empleo de la coca va mucho más allá de los siglos XIX y XX. Así lo demuestra, al menos, un reciente descubrimiento de hojas de coca con más de 500 años de antigüedad. El hallazgo ha venido de la mano del proyecto Chullpa-Pacha, de arqueólogos finlandeses y bolivianos, que examinaban una tumba en el sitio de Tara Amaya (provincia Los Andes). Casi fue una casualidad, porque estuvieron a punto de echar a la basura las hojas de coca que acababan de encontrar. En un primer momento, no se dieron cuenta de qué se trataba. Y es que éstas estaban negras, conformando una masa bastante homogénea, ocultas y apelmazadas entre el barro. Con todo, a pesar de las inclemencias del paso del tiempo, la descomposición y los robos, se habían conservado. “Según la datación relativa que hemos realizado, los túmulos corresponden al período entre el 1200 y el 1500 d.C.”, dice Jedu Sagárnaga, arqueólogo de profesión.
Es sólo un puñado de hojas que seguramente formaba parte del ajuar de uno o varios de los difuntos, pero que realmente está haciendo historia. “Nunca antes se había hallado coca en estas condiciones”, añade Sagárnaga. Eso da idea de que la coca se impuso mucho antes de la conquista española, pero probablemente tan sólo entre las altas castas sacerdotales. “Todo apunta a pensar en el uso de la coca en la época precolombina. Aunque el empleo masivo vino con la llegada de los españoles, cuando vieron sus propiedades de adormecimiento y multiplicaron la producción, sobre todo en los Yungas. De esta forma, se generalizó el consumo en las minas de Potosí y la coca se implantó en las capas sociales indígenas”.
Los otros productos
Muchas cosas han cambiado desde entonces. Ahora, la coca intenta abrirse nuevos mercados gracias a los productos derivados. Así, empresas como Ban-Llo, en La Paz, han tratado alguna vez de lucrarse con actividades enfocadas a ese campo. Pero a Ban-Llo, fábrica que dirigió Esteban Castrillo, no le funcionó la iniciativa y se vio obligada a cerrar. Su dentífrico Co-dent no tuvo éxito. Sus cosméticos, tampoco. Y el chicle, promocionado por el mismo empresario pero por distinta empresa, no estaba bien acabado y recorrió similar camino. Sin embargo, todos coinciden en que se han abierto puertas para apuntar ya hacia la introducción de la coca en otras modalidades. Entre ellas, medicinas, ungüentos y pomadas.
Precisamente, la tan mencionada Coca-Cola comenzó antaño a modo de elixir. En 1885, un farmacéutico de Georgia, llamado John S. Pemberton, creó un jarabe alcohólico con extractos de coca que hacía las veces de tónico estimulante. Al año, sustituyó el alcohol por extracto de nuez de cola, poniéndole el nombre de Coca-Cola. Por fin, en 1888 se le añadió agua carbonatada y en 1891 Asa Candler compró los derechos para fundar después, en 1892, la Coca- Cola Company en Atlanta. Hoy, no existe país donde la Coca- Cola no tenga una fuerte presencia.
Y no es de extrañar la importancia terapéutica de la hoja de coca, ya que se le atribuye un sinfín de propiedades. Su alcaloide —la cocaína—, aislado en 1858 por Niemann y Walter, se empleó en la medicina primero como efectivo anestésico y más tarde para la desintoxicación de heroinómanos.
Los expertos han catalogado las virtudes de la hoja en su estado natural, sin necesidad de grandes transformaciones. Según investigaciones etnobotánicas de 1997 dirigidas por médicos, químicos y biólogos del Centro de Estudios de Plantas Alimenticias y Medicinales de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco en el Perú, la planta tiene muchas propiedades demostradas.
Estas son algunas: afrodisíaca, adelgazante, alucinógena, analgésica, anorexógena —quita el hambre—, antiasmática, antiemótica — contiene el vómito—, antiestrés, antiulcerosa, antipirética —baja la temperatura—, antiprurítica —combate la picazón— y astringente. No es todo, el estudio menciona otras cualidades más. Pero, ésta no es la única investigación que existe sobre la coca. Hay muchas más y se diferencian, sobre todo, en cuántas propiedades han hallado en la hoja. Unas hablan de mayor número de virtudes y otras, más bien, de un número muy limitado. Un tema, por cierto, polémico.
En cuanto a los valores nutricionales de la coca, la universidad peruana detectó altos niveles de calorías, proteínas, calcio, hierro, fósforo, vitamina A, vitamina E, vitamina B1 y B2, vitamina C y Niacina. ¿Es cierto que éstos superan los aportados por la papa, la yuca, la quinua, el maíz y otros productos? Según esa investigación, sí. Pero, una vez más…es un tema muy urticante.
En todo caso, la coca sirve como elemento parcial en la preparación de ciertos medicamentos y platos.
Y, como cuenta la leyenda, parece que fueron los mismos conquistadores quienes se buscaron su propia ruina frente al polvo blanco. La maldición decía: “Cuando el conquistador blanco tocar la hoja de coca, sólo encontrar en ella veneno para su cuerpo y locura para su mente y cuando la coca intente luego ablandar su corazón, sólo lograr romperlo como cristales de hielo demoler las montañas”.
Así, por la relación nefasta tejida entre la cocaína y la coca, hoy hasta un mate es visto con malos ojos
Fuente: Álex Ayala • Fotos: Ayzar Raldes /Fernando Cuéllar / Jamil Chávez Coca: Las curiosidades de una hoja/ La Razòn – La Paz, Bolivia – (Posted on Jan-26-2003)
Links: www.latinoseguridad.com/. ../Drogas/Coca.shtml
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