Indio Rebelde, Indio Leal
El Archivo Histórico de la Prefectura de Cochabamba contiene documentación de la Colonia que bien puede servir para diversas y ricas investigaciones que nos permitan reconstruir la historia regional con vistas a la Asamblea Constituyente. Al respecto, su responsable Edmundo Arce dio con los legajos de la sublevación Tupac Amarista de 1781 – 82 cuyas repercusiones se extendieron hasta el valle en la figura de Martín Uchu, el «kuraka rebelde» quien se alzó contra los españoles, pagando con su vida el levantamiento. Pero a Uchu se sumó otro caudillo indígena que también se insubordinó en contra del rey aunque también hubo quien se mantuvo fiel a la Corona. Arce sostuvo: «así encontré héroes jamás registrados por la historia oficial: uno es rebelde contra la Corona y otro es leal a favor de la Corona. Lo curioso es que ambos son indios».
El indio sublevado fue Juan Murga y el leal a los españoles Francisco Coscio. Corría el año «de nuestro Señor de 1781» y los cochabambinos se aprestaban para las «carnestolendas», pero una sublevación indigena acabó con la celebración cuando los indios se levantaron contra la Corona al llamado de Tupac Amaru, quien en el Bajo Perú quiso restablecer el Imperio Inca. Este extremo fue advertido con anterioridad por el Comandante de Milicias del Rey, don Marcos Manuel Mercado quien en su condición de Corregidor y Justicia de Quillacollo, Sipe Sipe, Tiquipaya, Guañacagua y Calliri ordenó «intensos patrullajes y control de los movimientos subversivos de los indios». Sin embargo, en el valle bajo el capitán Murga capitaneó al decir de Arce «400 indios armados de lanzas, hondas, hachas y otras armas, unos con banderas y otros parapetados en cerros aledaños, de donde luchaban con hondas.» Murga arreció contra los españoles y mestizos encontrándose «armado y montado en su caballo, enarbolando una bandera colorada que recedió a la cuadrilla multicolor».
El combate -aclaró Arce- «duró de 6 a 8 horas y murieron muchos indios, alrededor de 120, incluyendo a su capitán Juan Murga». Previamente los indios cavaron fosas para enterrar a los españoles luego de someterlos a degüello. El historiador también hace referencia al «arresto y ejecución del indio Tomás Isaco, caudillo de los rebeldes». Sin embargo, no todos los sublevados contra el oprobio colonial fueron los indios, si no también entre los legajos Arce encontró el testimonio de Tomás Condo «el Cacique Real de Su Majestad».
En efecto, «don Tomás no tomó el partido de los rebeldes y que más bien organizó una tropa con más de 40 indios fieles, que el día Martes de Carnaval dio auxilio a las fuerzas acampadas del comandante don Josef de Ayarza, y que luego subió con sus hombres al cerro de Vinto, en donde trabó batalla en Colcha». Más aún, «en el fragor de la batalla animó a la lucha y a la resistencia y además incitó a matar al capitán de los sublevados, ahuyentó a los rebeldes y se posesionó a orillas del pueblo». En reconocimiento se lo nombró «capitán de infantería de una de las compañías del pueblo y doctrina de Capinota».
La historia por lo visto no es lineal y monócroma, sino está en permanente reconstrucción desde el presente por lo que a través de la Asamblea Constituyente se tendría que abrir el debate sobre el papel de los subalternos en la región y el país. A lo dicho se tiene que agregar el esclarecimiento que efectúa Arce en sentido que la Wiphala no tiene antigua data como nos pretenden hacer creer los ideólogos indigenistas habiendo sido izada recién en el Primer Congreso Indigenista impulsado por el presidente Gualberto Villarroel en 1945 de manera que «la Whipala no existía en el Incario y, por lo menos durante las insurrecciones se usó la bandera roja o colorada, y no la multicolorida bandera a la que hoy estamos acostumbrados».
E-mail colaborador: comuneromartinuchu@yahoo.es
17/05/2006 at 7:31 am
hola. Estais estupendo!!
21/08/2007 at 2:36 pm
es algo muy asombroso saber esto que nadie en bolivia se entera heroes olvidados