Las Buenas Herencias
Tenemos nombres diferentes, Araucanos, Selk’nam, Diaguitas, Guaraníes… solo por citar algunas, muchas naciones a lo largo del continente. Somos naciones enormes formadas por comunidades, con realidades similares, formas de vidas propias, costumbres, ceremonias…
Desde hace más de 500 años. Contando hacia atrás la historia, dibujando el mapa de la vida, tal vez lo conocido por mí, es la realidad de la mayoría. Todos somos privilegiados por alguna razón, y particularmente tengo el privilegio de saber quien soy y de donde vengo.
A veces la herencia viene mezclada, transformada y hasta en algunos casos, negada.
En el Litoral Argentino, por citar un ejemplo, si una niña tenía el destino de llamarse IRUPË, era imposible. “Hay que poner nombres cristianos, no de bárbaros” por haber nacido Güaraní , terminaba llamándose…Juana, y si en aquellos lejanos días un hombre con acento extraño gustaba de un campo, lo tomaba con indios y todo, pasabas a ser parte de su propiedad, (con la salvedad que muchas comunidades somos de naturaleza guerreras y buenamente rebeldes, defendiendo nuestra raza e identidad) entonces se perdían los apellidos, eso pasaba en muchas comunidades, eso pasó en parte de la comunidad CAANGUA, de la nación GUAYCURU, donde nacieron mi abuela, mi bisabuela, mi tatarabuela .
Parece ser que el dueño de esa estancia formada en tierras CAANGUA, al norte de la provincia de ENTRE RIOS; se apellidaba MEDINA. Y en un censo, resultaba que Juana era de la estancia medina, y con el tiempo paso a ser Juana medina.
Así que mi abuela, se llamó ELISA, mi bisabuela HIPOLITA, mi tatarabuela TIMOTEA, todos, por supuesto MEDINA.
Todas, o por lo menos, la mayoría de las étnias, somos migrantes, no ahora, pero hace 150 años, la comida, el abrigo, el tiempo, hacían que viajemos permanentemente de un lado a otro, y trocaramos con lo que sabíamos hacer , en las selvas, en las montañas en las cercanías de los ríos generalmente, porque donde hay agua hay vida.
Hay algo que muy frecuentemente pasaba en todas las comunidades, en toda indoamérica, y es que en las migraciones se dan las mezclas, no en todas las comunidades, pero era bastante comun. Y los rasgos, la manera de caminar el color de la piel el pensamiento es lo que nos unía y sigue uniendonos, más allá de las culturas foraneas y la tecnología.
En las mezclas generalmente se mantenían las tradiciones y costumbres, Hoy día, los caciques (Lonko, en mapuche)siguen conduciendo a nuestras gentes, según las leyes ancestraes, las reuniones de los mayores, la consulta al médico o Machi, o sabio, (que es lo mismo) .
Descubrí con asombro hace pocos años que GUAYCURÚ significa. “LOS QUE VINIERON DE ARRIBA”. Señalando el cielo. Todos venimos de allá. Igual que Nguenechen, y todos vivimos tratando de encontrar el futuro, y encontrar las tradiciones, y tal vez encontrar como en mi caso, cuál es mi verdadero apellido.
Uno no es quien es, por el lugar donde nació, sino por cosas más profundas, esas que se siente en el estómago , esas que nos brotan desde adentro. Que están selladas con fuego, y son las que nos hacen libres y nos dan la identidad.
Es extraño, encontrar, comunidades puras, de ojos verdes y pelos rubios, viviendo y protegiendo sus tradiciones lengua y tierras. Son Guaraníes también, del Paraguay.
Pero está la otra parte, la que no queremos contar, la que si pudiéramos arrancarla de nosotros lo haríamos. Es el sometimiento que padecían nuestras mujeres, de las que parían mestizos, Esto pasó en todos lados. Y el dolor, y la vergüenza, tal vez algún antepasado directo de cada uno de nosotros, tuvo que someterse, para que no le mataran los hijos. Yo me miraba de chica, y miraba a mi familia, la piel del color de la tierra, los ojos profundos y oscuros como las noches cerradas, y yo de ojos azules y la piel más clara.
Aunque los Antropólogos y la realidad me muestren que hay ( como cité antes) indios rubios entre los guaraníes. Me sentía rara, diferente. Mi abuela me decía : Mi Hijita, usted tiene mi sangre, vos sos como yo, como la tierra. Muchos, de los nuestros puros, tiene el color del cielo en los ojos. Más allá del color de la piel. Y la manera de caminar, de mirar, los rasgos, la forma de los pies…
Visitando a mis Lamnguen de Junín de los Andes en la Cordillera Neuquina, encontré que en una misma comunidad alguno era más oscuro que otro, ojos color miel, ojos marrones, pero algo, la esencia , los rasgos, la forma de las manos, la mirada, eso era igual en todos.
Tardé algunos años, en darme cuenta que la casa de uno es el lugar donde fue parido, el lugar donde está la gente que lo rodea, y esa casa con todo, se transforma en el hogar, en la comunidad y le da vida.
Elisa, viajó a Buenos Aires a los 16 años, porque un tío trabajaba en los Ferry que van por el río Paraná hasta Buenos Aires. En Tiempos de hambre no lo pensó, se subió al barco y consiguió un trabajo limpiando en la casa, por supuesto, de gente bien. Sola en una gran ciudad y para colmo india. Ella era sumamente curiosa, y eso la hacía querer aprender, y caminaba, preguntaba. Oigo su voz diciéndome. “Lea, estudie, todo lo que pueda, y no se quede nunca con la opinión de otros, piense y opine por usted, eso es saber elegir”. Mirá a Elisa vos!, sabía en su corazón que lo que la hacía libre entre los blancos, era el conocimiento. Ignorancia tenemos todos, yo ignoro como vive un ruso, ignoro qué come un Australiano. Pero conocer lo cercano, nos dá la herramienta para poder volver a nuestras fuentes, porque de ese modo, sabemos por donde empezar a buscar.
¿Cómo aprendió a leer Elisa?, ningún indio podía ir a la escuela, no convenía, no podían entrar. Y como curiosa que era, pensó en hacer un trueque. Ella me contó, tenía ocho años y fue a una casa bien, de gente pudiente a ofrecerse para limpiar y ayudar en la cocina, pero no quería plata, sino que le enseñen a leer y escribir. Y en una pizarra, le enseñaban las letras.
Ocho años… una india, una nena.
Así aprendió, y volvía a la casa a limpiar y apisonar la tierra del piso, y atender a su abuela, y a sus dos hermanos. Ocho años, de la familia caangüa de la zona era la única que aprendió a leer. Ignorante en definitiva es el que no quiere saber, el que se conforma, el que espera que le den, y si vivo en la ignorancia, no voy a morir en la pobreza digna, sino en la miseria e indignidad .
Miraba a los ojos al hablar, con orgullo indio, sin despegar los pies de la tierra miraba al cielo, sabía oír, sus silencios eran muchas veces las respuestas a mis preguntas.
Yo sé de donde vengo, y soy Guaycurú, Soy Guaraní, Soy hija de la tierra, con más de 500 años de historia, Mirando al sur, porque encontré en el Lanín mi lugar sagrado. Todo esto y tantas otras cosas, me dan el orgullo de pertenecer a esta PATRIA GRANDE, y la identidad DE SER INDIGENA.
Haymee Solancó
Escritora argentina indígena y colaboradora de Serindigena
quechran@yahoo.com.ar
30/07/2006 at 9:46 am
Hoy he leido este testimonio , de Haymee Solanco y me siento muy conmovida ,de su fuerza interior yde su experiencia. Gracias
01/08/2006 at 6:02 pm
Haymee: Me gusto mucho tu artículo. Me anima a seguir caminando en la busqueda de mi propia identidad. Por mis venas corre sangre mapuche, soy nacida en el lugar donde encontraste tu lugar sagrado a los pies del Lanin, mi tierra me habla de una identidad propia que es lo que en estos momentos estoy buscando. «Amara lo propio, para poder pensar desde lo propio» y tu articulo me anima a seguir entrando en este misterio tan lindo de nuestra identidade de ser mapuche y mujer. Gracias.
03/08/2006 at 8:47 am
Hoy tengo 31 años,, Soy Argentino, pero por SUERTE, tengo el agrado de contarle a Haymee Solamco, que mi amigo es hereditario de indígena. Digo por suerte, porque gracias a el, conocí a su padre llamado Pehuen, y de este Gran Hombre, aprendí, que tan importante es llevar adentro su origen, y no solo llevarlo, sino de compartirlo con amigos, con sus comentarios, costumbres, forma de vida en su infancia, etc.. Es por todo esto, que debo Felicitarla a Usted, Haymee Solamco, por lo que acaba de escribir.
La saludo, muy atentamente….
MARIANO J. BONAFINA
13/09/2006 at 7:32 am
Me has conmovido (nuevamente) Haymee.
Me confieso no indígena, de origen en parte chileno en parte alemán, pero con un gran interés por eso que tu abuena tantas veces debió decirte «Lea, estudie, todo lo que pueda, y no se quede nunca con la opinión de otros, piense y opine por usted, eso es saber elegir»… no sabes lo identificado que me siento con esas palabras, pues de alguna manera, tal vez tarde para unos, tal vez no tanto para otros, la vida me ha ido mostrando que en verdad esta cultura mostruosa del consumismo y del tener mas y mas carece en absoluto de este tipo de sabiduría.
Gracias por compartir con nosotros tu experiencia y la de tu abuela.
Dice al pie de cada artículo tuyo que he visto en serindigena.cl que eres escritora. Me alegraría muchopoder leer algo mas de tus escritos, quizás algo más extenso.
17/10/2006 at 11:37 am
Hola Haymee:
Soy de Uruguay.
He leído tu testimonio, aparte de conmovedor no es rara la situación, ya que miles de hermanos lo han sufrido y lo que es peor en forma casi anónima.
Te confieso que soy descendiente de guaraníes, mas ó menos de la región de tus ancestros.
Me gustaría mantener contacto contigo, para intercambiar y/ó compartir datos y comentarios a fin de nuestras inquietudes, además veo que sos escritora y me complacería leer algo más.
Hasta pronto
Cumbay
13/12/2006 at 2:55 pm
MIS ABUELOS SON DE LA CIUDAD DE FAMATINA Y ES MI DESEO SAVER MAS SOBRE MIS ANTAPASADOS QUE HABITARON EL NOROESTE ARGENTINO. EN LA ACTUALIDAD VIVO EN LA CIUDAD DE ROSARIO PROV. DE SANTA FE. DESDE YA LES AGRADESCO EL PODER SABER MAS DE NUESTRA RAZA Y TODO LO QUE ME PUDAN DAR EN INFORMACION SERA MUY ESTIMADO PARA MI DIOS BENDIGA ESTE PAIS TAN LINDO QUE TENEMOS Y A US. LES SIGA DANDO SAVIDURIA. BESOS MIRIAN
22/08/2007 at 8:19 pm
Hace tiempo que estoy buscando informacion sobre la tribu Diaguitas; según me informó un profesor de historia, mi apellido Chacoma correspondía a un cacique. Lo único que se es que mi abuelo de nombre Lázaro Gabino Chacoma vino de La Rioja a vivir a la ciudad de Rosario (Santa Fé) y le comentaron a mi papá que siguen viviendo familias Chacoma en La Rioja. A un integrante de esas familias lo apodaban «el Indio Chacoma». Tengo esperanzas de conocer un poco más sobre mis antepasados, si alguien sabe algo agradecería cualquier información. Dios los bendiga y haga justicia con tantas tribus que fueron despojadas de sus tierras.