Cultura Mapunche en Kurarewe

Publicado en Infancia el 03/01/2006 por admin

11 01Así se denomina el Sub Sector de Aprendizaje creado por cuatro escuelas completas rurales y una urbana componentes del Microcentro Kimultufeche, coordinados por del Departamento de Educación Municipal de Kurarewe. Producto de un proceso de conocimiento de la cultura Mapunche iniciado en el año 1998 con el programa de Educación Intercultural Bilingüe instalado en la comuna, en el cual participan 10 establecimientos educacionales municipales y cuatro particulares.

Las dificultades para estudiar y transmitir la cultura mapunche en la escuela, a pesar de la capacitación docente en interculturalidad, enmarcándose en la logica occidental en que se organiza el currículo escolar nacional, nos llevó a la creación de un nuevo Subsector de Aprendizaje en el cual se presenta una secuencia de contenidos de acuerdo a niveles de aprendizaje y organizados por semestres, desde NT1 a NB6. Con esto se desea dar respuesta a una necesidad que existía en la esuela para incorporar contenidos culturales locales en los aprendizajes de los alumnos. Facilitar también el desarrollo de estrategias educativas del docente, orientar y apoyar el trabajo de los Asesores Culturales Comunitarios en el aula. Estos últimos asumen el protagonismo total en la ejecución del nuevo subsector de aprendizaje y el docente pasa a ser un colaborador que sistematiza la experiencia de aprendizaje desarrollada por el asesor cultural.

El objetivo de la enseñanza aprendizaje de la cultura Mapunche en la escuela pretende ofrecer un espacio para el rescate, preservación, valoración, y socialización de la cosmovisión Mapunche, el cual posibilitará el reforzamiento de la identidad e individualidad de niños y niñas de nuestra comuna, conocimiento que se transforma también en una herramienta para mejorar la calidad de sus aprendizajes.

La metodología en la cual se sustenta la aplicación del sub sector apunta a la concepción holística centrada en la concepción heurística (la búsqueda del aprender por parte del niño), por ende los conceptos tales como Rakiñ, Widüñ, Rukawe, Fokiñ, Damiñ, Maychin, etc., responden a un todo. Lo que implica que si se planifica en forma aislada o parcelada rompen con la originalidad de la transmisión originaria de la cultura mapunche.

La entrega de conocimientos pertinentes a educandos de procedencia mapunche y no mapunche, introduciendo lentamente el bilingüismo en nuestras aulas hasta consolidarla como segunda lengua, permite cumplir con las expectativas del gobierno referidos a equidad, igualdad y diversidad en el mundo educacional.

La ejecución del nuevo subsector se hará a partir del año 2006 durante los meses lectivos, utilizando para ello dos horas semanales por nivel o ciclo dentro de las horas de libre disposición otorgadas al establecimiento por concepto de la Jornada Escolar Completa y no tendrá incidencia en la promoción. A partir del tercer año pasará a formar parte de los subsectores ponderados y por ende tendrá incidencia en la promoción.

El subsector esta sustentado sobre ocho ejes seleccionados por las comunidades, estos son: Familia, Territorio, Naturaleza, Sistema Numérico, Arte, Conocimiento, Cuerpo Humano y salud, Economía e Historia.

FORMULA DE TRABAJO

Para elaborar el nuevo programa se utilizó una forma de trabajo participativa sustentado en mesas de trabajo donde los principales actores fueron los KIMCHES, elegidos por su Lof, representativos de sus comunidades, quienes se denominan Asesores Culturales Comunitarios. Ellos se transformaron en el pilar fundamental en la construcción del sub sector de aprendizaje, asumiendo responsabilidades y tomando decisiones trascendentales que reforzaran el conocimiento y rescate de la cultura mapunche local, cuyo valor verdadero lo podrán dimensionar las futuras generaciones.

Entre los acuerdos más importantes se pueden destacar:

• Denominación de la etnia local: se opta por el término MAPUNCHE en reemplazo de mapuche. Además se aclara que en el espacio territorial no existen Pewenches. Los habitantes provienen de diversas localidades del valles central producto de la migración producida por la ocupación de la Araucanía en 1883.

• Denominación de la lengua hablada por la población local: Mapunche Dungun.

• Alfabeto a usar en caso de escritura: Alfabeto Unificado o Rangileo.

• Uso de términos y conceptos mapunche locales.

Además se usó diversas fuentes bibliográficas, asesorías, tanto de supervisores de la Dirección Provincial de Educación Cautín Sur y del Programa Araucanía Tierra Viva, UTP Comunal y Coordinador EIB Comunal.

Las escuelas participantes son:

• Complejo Educacional Mons. Francisco Valdés S., Curarrehue (nivel Prebásica y I Ciclo Educ. Básica).

• Escuela Ruka Manke, de Reigolil

• Escuela Likankura, de Epeukura

• Escuela Jerónimo Neculpan, de Kiñenawin

• Escuela Nº 222, de Maite

El desafío actual es conseguir el financiamiento para aplicar este programa en todas las escuelas a partir del año 2006, dado que es imposible financiarlo con fondos propios.

Luis A. Curilaf Huentelaf

Directos Educación Municipal

KURAREWE

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Guerreros del Arcoiris

Publicado en Sabiduria el 01/01/2006 por admin

16Los colores de las cuatro familias del mundo, rojo, blanco, negro y amarillo, algún día se unirán para crear un mundo mejor y los encargados de esta misión serán los guerreros del arcoiris. Ambos conceptos se reflejan en la cosmovisión de las culturas originarias.

Hoy, se habla del final de la Era de Piscis, de un Pachakuti o de una visión de mundo diferente. Este nuevo tiempo, que implica un cambio radical de conocimiento, la liberación de viejos conceptos de nación, clase, raza y política, ha sido anunciado por diversos autores y muchas culturas indígenas.

En este contexto, ha aparecido el arcoiris como símbolo de diferentes movimientos que promueven la ecología, la espiritualidad, la preocupación social, entre muchos otros intereses. Ello da cuenta que los cambios están empezando a producirse.

La historia del arcoiris y de los colores de las razas se remonta a tiempos muy antiguos. Revisemos algunos ejemplos.

Según la Biblia, cuando Jesús nació en Belén, tres hombres sabios lo visitaron para entregarle ofrendas. Guiados por la estrella del Este, representaban a las tres grandes familias del mundo: Baltasar de la raza negra, Gaspar de la amarilla y Melchor de la blanca.

Sin embargo, se dice que esto fue una distorsión histórica y cultural, pues existía un cuarto integrante de la familia roja, es decir, las culturas originarias.

Asimismo, muchas tribus indígenas han sostenido una visión unificada de la humanidad por miles de años sin haber tenido contacto con otros pueblos. Por ejemplo, según la sabiduría hopi, el mundo está dividido en cuatro regiones, cada una con su propio color predominante: amarillo en el este; rojo en el sur; negro en el oeste; y blanco en el norte. Durante muchos siglos, el hopi sabía que la llegada del blanco implicaría un largo período de persecución y dificultad para la gente roja.

Muchas profecías y conocimientos similares han sido reconocidas en el mundo maya, azteca, tarasco y en numerosas tribus en toda América.

Del mismo modo, los pueblos originarios comparten una visión del retorno de un espíritu, que traerá armonía y paz al mundo con una mezcla de culturas. Esta visión, que ha ido emergiendo en años recientes, será promovida por “Los Guerreros de Arco iris”.

La profecía más difundida al respecto es de los indígenas hopi de América del Norte:

“Cuando la Madre Tierra esté enferma y los animales estén desapareciendo, entonces llegará una tribu con gente de todas las culturas, que creerán en hechos y no en palabras, y ayudarán a restaurar la antigua belleza de la Tierra. Ellos serán conocidos como los Guerreros del Arcoiris”.

Hoy, en todo el mundo existe el Movimiento Arcoiris que se sustenta en estas palabras y que lucha por tener una mejor calidad de vida. Sin embargo, todo grupo que se interese en la ecología, en la espiritualidad y desee construir un mundo más armónico, simbólicamente, es considerado un Guerrero del Arcoiris.

El arcoiris en las culturas

El arcoiris es un símbolo muy antiguo que aparece en los pueblos indígenas americanos. Por ejemplo, en el Chilam Balam, libro maya, se menciona la destrucción de uno de sus mundos debido a un diluvio terrible. Terminada la catástrofe, un arcoiris apareció como signo que una nueva edad debía comenzar.

Entre los incas, el dios del arcoiris se llama Chuychu y es conocido como un sirviente del sol. Entre los mayas, la diosa del arcoiris es Ixchel, esposa de Itzamna.

Para los indígenas mojave del desierto de Arizona, el arcoiris es una de las cualidades más poderosas del Gran Espíritu y es parte de una hechicería necesaria para detener la lluvia. Asimismo, los yukis de California creen que el arcoiris es el vestido multicolor del Gran Espíritu, el creador de toda la existencia.

El arcoiris es representado, con frecuencia, en las pinturas de arena y en los dibujos sagrados de los zuni, hopi, y los navajo. Para los indígenas shoshone de América del Norte, es una serpiente gigantesca que rasguña su espalda contra el mundo celeste.

Este símbolo también aparece en culturas de África, Australia, Asia, entre otras. Su significado siempre se relaciona con buenos augurios, diversidad o nuevos tiempos.

Fuente: Nación del Arcoiris, sin fronteras, Alberto Ruz Buenfil, 1991.

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La enseñanza de la lengua y la literatura mapuche

Publicado en Costumbres, Sabiduria el 01/01/2006 por admin

15En un paisaje del sur de Chile, una mujer trabaja en su telar junto a una ruca. Ésta es una imagen clásica del pueblo mapuche. Pero si el verdor del paraje se cambia por una calle de Santiago y en lugar de telar hay un libro con versos en mapudungún, la imagen se pierde. Sin embargo, perfectamente ambas personas pueden ser mapuches. El problema es que la segunda descripción se mantiene en la ignorancia. Esto en parte porque la educación no la ha considerado al hablar sobre este pueblo, aunque al respecto existan determinaciones desde hace once años.

Tanto la actual literatura mapuche como su idioma testifican la presencia de una cultura actual, dinámica, que no pertenece a un museo, ni a un libro de historia. Por ello ambas manifestaciones pueden aportar a un conocimiento renovado de este pueblo. Sin embargo, es difícil que esto ocurra si ni siquiera existe una revisión de la forma de enseñar sobre las culturas originarias.

Una historia en contingencia

Un elemento central establecido en la Ley Indígena de 1993 que atraviesa a todo el sistema educativo se refiere a la actualización de la unidad programática sobre las culturas originarias. Esto implica cambiar las antiguas definiciones sobre los mapuches como “pueblo precolombino” o “incipientes agricultores” por una visión que los sitúe en la contingencia del país. Sin embargo, las antiguas nociones se mantienen. “Miramos a los pueblos indígenas hacia el pasado, con una perspectiva de inferioridad, de modo que incluso los propios alumnos mapuches se tienen que poner fuera de su ser mapuche para mirar a su pueblo”, sostiene Miguel Sánchez, coordinador del Área de Educación Intercultural Bilingüe del Instituto de Estudios Indígenas.

Entre las dificultades para realizar este cambio se encuentra la situación de conflicto que se mantiene entre la sociedad chilena y el pueblo mapuche, como afirma Claudio Millacura, encargado del programa de Educación Intercultural Bilingüe del Ministerio de Educación: “Dependiendo de los buenos momentos en que la relación entre indígenas y no indígenas ha pasado en este país la incorporación de esos cambios de contenidos o unidades programáticas es más factible”.

A esto agrega que el ministerio ha establecido prioridades de aprendizaje al realizar cambios en el sistema educativo, donde la enseñanza de los pueblos indígenas no ha sido considerada: “Los procesos de incorporación o cambio en las unidades programáticas responden a necesidades generales de la sociedad, por lo tanto las aspiraciones acerca de las particularidades deben provenir de las escuelas y los estudiantes”.

De la actualización en la enseñanza se deslinda la necesaria renovación de la herramienta básica para ello: los textos de estudio. Aquí se manifiestan falencias tanto en el mantenimiento de concepciones pasadas sobre el pueblo mapuche como la no inclusión de sus obras literarias en los textos de lenguaje y programas de lectura.

En un análisis realizado por el Instituto de Estudios Indígenas en 2003 a libros escolares de primero a cuarto básico, se comprobó la descontextualización. En los destinados a lenguaje no aparecían ni relatos tradicionales, ni obras recientes de escritores mapuches, y cuando había obras indígenas eran extranjeras, como guaraní o esquimal. En cuanto a los textos referidos a la historia no había ninguna alusión a la existencia actual de los pueblos originarios, sino que se les continuaba llamando pueblos prehistóricos.

Al respecto Claudio Millacura sostiene que la responsabilidad del cambio en los textos de estudio está en los propios estudiantes, profesores y apoderados: “Si en las escuelas a las que asisten estos niños que son indígenas no existe ninguna reacción, no hay duda que se van a seguir editando estos textos, independiente de que nosotros hagamos indicaciones para cambiarlos”.

Sin embargo, cuando han existido reclamos sobre los contenidos de los libros, las responsabilidades se han derivado. Ernesto Hueicha, representante mapuche en el área de educación y cultura de la Región Metropolitana, ha criticado referencias históricas descontextualizadas. “Al final dicen que la editorial tiene la culpa, pero el ministerio es el que manda a hacer el trabajo y ¿cómo no va a tener personas idóneas para el tema?”.

En consonancia con la visión desde el pasado, las escuelas sólo invitan a los escritores mapuches para efemérides como el doce de octubre. “Solamente se acuerdan que existimos en esas fechas, de ahí, se olvidan que existen los pueblos originarios”, afirma Graciela Huinao, poeta que en esas ocasiones puede compartir su obra con los estudiantes.

Además esta falta de actualización de contenidos sobre los pueblos originarios dificulta cualquier alternativa de enseñanza del mapudungún. Así lo confirma José Calfuqueo, Jefe de la Unidad de Cultura y Educación de la Conadi: “Se parte con el acercamiento a la cultura, para luego ver la posibilidad de que ingrese el idioma indígena en el aula”.

Dos culturas, una sala de clases

El otro pilar de la enseñanza es la educación intercultural bilingüe (EIB), que consiste en un modelo educativo que busca dar un espacio para el aprendizaje del idioma y los conocimientos del pueblo mapuche, aplicándolos a las distintas áreas de estudio que tienen los niños en los colegios. Con esto se busca evitar que los alumnos indígenas pierdan su cultura original.

Hasta el momento sólo se ha aplicado en iniciativas piloto a cargo de la Conadi, el Ministerio de Educación y el Programa Orígenes, creado en 2001 para inyectar recursos a través de un préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo. En conjunto trabajan con 162 escuelas en cinco regiones del país (I. II, VIII, IX y X). Aparte el Ministerio tiene 250 escuelas y la Conadi por su parte tiene otras 32, concentradas en la octava y novena región. Todo esto con una inversión en los últimos cuatro años de 2.500 millones de pesos, en zonas con alta población indígena.

Aunque la posibilidad de la ampliación del modelo está sujeta, esencialmente, a los buenos resultados que obtengan en el Simce, existe otro problema: la nueva política de educación general no lo considera, dándole sitio sólo en los programas específicos que se están aplicando. “En la reforma educativa en ninguna parte se nombra la interculturalidad, ni siquiera como un eje transversal. Sólo se habla de diversidad, pero eso es más amplio, más ambiguo”, afirma la profesora María Díaz, quien lleva doce años trabajando en este modelo de educación.

Para que la palabra se inicie

Junto con las instancias que promuevan el aprendizaje de las manifestaciones artísticas del pueblo mapuche, se encuentran las iniciativas que se relacionan con el apoyo a la creación. En general éstas son abiertas para todos los creadores, sin concursos especiales. Sólo existen dos instancias específicas: la recién inaugurada línea de desarrollo de los pueblos indígenas del Fondart y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes con el Área de Culturas Originarias.

Aunque esta última revelaría una posición estatal frente a los pueblos indígenas, existen serias falencias en infraestructura y recursos que ponen en entredicho esa posibilidad. Así lo reconoce Bruno Serrano, uno de los coordinadores: “Hay ignorancia. El no conocer de qué se trata el tema de los pueblos indígenas impide que se generen políticas culturales concretas y que realmente vayan destinadas a un conocimiento y desarrollo de esas culturas. El Consejo no tiene una visión, no hay una voluntad profunda de tomar el tema indígena”.

De hecho son dos personas las encargadas de establecer las políticas para todo el país, lo que dificulta un trabajo constante y la coordinación de un número sostenido de iniciativas. Con esto se sesga el aporte de esta instancia, que ha realizado innovadores proyectos: un sitio web sobre las culturas indígenas del país y una serie de documentales llamada “Los indios del futuro”, con lo que podría aportar a una perspectiva actualizada sobre los indígenas.

Las voces mapuches en la ciudad

Aunque los libros de historia sigan diciendo que los mapuches están entre el río Itata y el Toltén, lo cierto es que la segunda concentración de población mapuche se encuentra en la Región Metropolitana, lo que vuelve esencial el tema de la aplicación de la educación intercultural bilingüe en esta zona.

El primer problema es la carencia de un programa de educación intercultural. Sólo han existido iniciativas temporales, principalmente talleres de idioma y cultura mapuche. Esto porque en las aplicaciones de este modelo que se han realizado hasta el momento se ha ignorado la población mapuche denominada urbana.

Además es difícil la aplicación de los programas debido a que se han elaborado en función de la población indígena rural. Pero no es sólo por el enfoque, sino que también los recursos están destinados a las escuelas rurales. El Programa Orígenes que se encarga de financiar la capacitación de profesores y la entrega de materiales no apoya ninguna iniciativa urbana.

Para la enseñanza del mapudungún se han establecido los educadores comunitarios, que son personas hablantes del idioma que reciben una capacitación para hacer clases. Juan Lemuñir es uno de ellos, pero el problema es que se considera que su actividad debe ser un servicio: “Porque somos mapuches creen que tenemos que trabajar gratis”. Y no es por falta de recursos, sino de disposición. Así lo reconoce Ximena Montecinos, encargada de la Unidad de Educación y Cultura de la Oficina de Asuntos Indígenas: “No los financia ni la Conadi, ni la secretaría de educación, ni la escuela, ni el municipio, que podrían hacerlo, pero como no están muy convencidos no abren mucho las puertas. Entonces hay una intención, pero sin mucho involucramiento”.

Aunque existe una aplicación incipiente de la educación intercultural, hay establecimientos que han optado por implementarla en respuesta a la población mapuche que tienen. La Escuela Antonio Hermida Fabres de Peñalolén, con cerca de un 10% de alumnos mapuches, lo hizo. Estableció un nuevo ramo obligatorio llamado Orígenes e Identidad, destinado a los niños de tercero a octavo básico, a lo que sumó actividades como la celebración del Año Nuevo Mapuche. Esto ha permitido que los niños asuman su cultura sin temor a las bromas o descalificaciones. “Se sienten fortalecidos, privilegiados, como si alguien los estuviera apoyando o defendiendo. Afloran con mayor naturalidad en reconocerse mapuches”, reconoce el jefe de la unidad técnica de la escuela, Emilio Antilef.

Las implicancias de una actualización en el conocimiento de los pueblos indígenas y en la incorporación de herramientas interculturales, no sólo tienen que ver con reformas educativas, sino con un reconocimiento a la diversidad que existe en el país y de otorgarle un espacio al pueblo mapuche, que a través de sus manifestaciones culturales confirma que es parte del presente.

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SeIk’nam, los Hijos del Infinito

Publicado en Medicina, Sabiduria el 01/01/2006 por admin

Selk’nam es el nombre con el que los habitantes nómades de Tierra del Fuego identificaban a su pueblo y cultura. El nombre Ona, otorgado por los Yagán y después popularizado durante la ocupación del territorio austral, era ajeno a la concepción que la propia cultura Selk’nam tenía de si misma.

Los Selk’nam eran un pueblo nómade que poseía una economía basada en la recolección y la caza. Recolectaban principalmente vegetales, frutos y hongos, los hombres cazaban guanacos y aves, también sobrevivían de algunos recursos marinos.

Estaban emparentados con los Aonikenk, también conocidos por los TeweIches, con quienes tenían un origen en común, sin embargo los SeIk’ nam en algún momento se habrían segregado y ocupado la actual Tierra de fuego.

La familia constituía el núcleo fundamental dentro de sus interacciones sociales, el matrimonio era monógamo aunque actualmente se sabe que, ocasionalmente, sí existieron matrimonios con un mayor número de mujeres. Ejercían un sistema de reciprocidad dentro del cual existen jerarquías en cuanto a roles de genero, reconocíendose, por sobre todos, al chaman quién poseía conocimientos especiales que eran muy admirados y respetados por la comunidad. Su misión y rol era la de curar. El poder de los chamanes proviene de las Cordilleras del Infinito, siendo solo los más poderosos quienes alcanzan a Witek, cordillera del este y origen de lo existente.

Cada familia se subdividía en cuarenta distritos familiares siendo los límites de sus propiedades conocidos por toda la comunidad. Para traspasar los límites de cada propiedad se requería el permiso y el consentimiento de cada habitante.

La cosmovisión Selk’nam, se plasma en el poder de las cordilleras invisibles del infinito, poder que permite la creación de la tierra y el firmamento, radicando en el primer antepasado, el cual crea y sustenta a la sociedad eternamente.

El cosmos Selk’nam se divide en cuatro puntos cardinales que representan el centro de cuatro Cielos del Infinito.

El Cielo del Norte es Kamuk; origina el viento y el mar.

El Cielo Sur es Keikruk: origina el viento sur

El Cielo Oeste es Kéikruk: origina al viento oeste.

El Cielo Este es Witek y es el origen de todo lo existente.

La muerte otorga un significado a la vida y la dota de permanencia: origina al hombre y mujer quienes son Hijos de la Muerte. La transmisión, enseñanza y legado, de su cosmovisión representa y eterniza su identidad consolidando sus tradiciones en la concepción dialéctica y complementaria de muerte y vida.

Witek, el origen de Temaukel

En las cordilleras mágicas del cielo radica la creación y la existencia del mundo, allí emerge Wintek, una de las cuatro cordilleras invisibles del infinito, donde el Temuakel ejerce el poder universal.

El Temaukel es el habitante del firmamento, es el ser antiguo, el espíritu puro e infinito que existía antes que los antepasados: es el espíritu eterno creado por la cúpula celestial.

Tenenesk, chaman Haush relató a Gusinde el momento de la creación, a continuación citamos el registro:

“… En un principio, nada. Sólo Temaukel, el primero de los howenh. Después, la cúpula celestial, el firmamento, desprovisto de estrellas. Algunos vacíos inmensos penetran quietamente el silencio. Una luz crepuscular rielaba en la superficie de la tierra informe, estremeciendo las penumbras inmóviles…. En la oscuridad de la noche, alrededor del fogón que ahora se ha reducido a puras cenizas inertes -el viejo levanta la mano señalando el firmamento repleto de estrellas y con voz trémula insiste- Así por encima de nuestra tierra, se extiende el cielo: detrás de él vive Temaukel”.

Posteriormente Temaukel enviaría a Kenos, el cual se mantiene alejado detrás de las estrellas, allí vive y habita eternamente. Kenos se encarga de distribuir las tierras y sustenta la vida eterna. Kenos representa al padre de los antepasados míticos y es , a su vez, el creador del lenguaje y de los significados que dan sentido y unicidad al mundo.

Acerca del ritual y la persecución chamánica, Kra y Kran

Los antepasados del hombre sol y la mujer luna, marcan una diferenciada y complementaria concepción de los roles de género dentro de la cultura Selk’nam.

Antiguamente los hombres estaban subordinados a un sistema matriarcal, la mujer tomaba las decisiones trascendentales dentro de la comunidad, siendo ellas quienes ejercían un rol de poder. Los hombres tenían la función de desempeñar las labores del tipo más cotidianas como cocinar, cuidar a sus hijos y mantener el fuego. Era muy difícil rebelarse porque el ritual del Hain, que realizaban las mujeres, les producía gran miedo. El Hain consistía en una ceremonia en que ellas pintaban su cuerpo y colocaban mascaras de cortezas sobre sus cabezas para simular ser los espíritus, logrando así mantener a través del tiempo y las generaciones, la fuerza que ejercían frente a los hombres, en una relación que se retro alimentaba al ejercer su prestigio, dominio y poder que se plasmaba en la mujer luna Kra.

Estas costumbres se mantuvieron por largo tiempo ya que los hombres no sabían que los espíritus eran mujeres disfrazadas, que se pintaban el cuerpo con pigmentos blancos, rojos y negros.

La mujer luna, Kra, es muy poderosa, es una chaman que puede causar el exterminio de los hombres y niños, por eso les prohíben mirar a la luna y sobretodo los eclipses porque representan el odio y la destrucción, aún así el chaman protegerá las vidas.

Respecto a la luna y citando el registro que tomó Gusinde: “Cuando su ira contra nosotros, los hombres, crece mucho, aparece totalmente teñida de rojo. Es entonces cuando devora nuevamente a los hombres, en especial a los niños. El color rojo que se puede apreciar en ella en esa oportunidad proviene de la sangre humana que consume». (Gusinde cit:577)

Cuando aparece la luna roja, el peligro de la muerte también afecta a los chamanes, quienes averiguan cual será la víctima de KRA, entonces la mujer luna se transforma en aguilucho, conocido como Waiyuwen, éste volará para visitar a la luna, la cual, en absoluta ira, arrojará un extracto de piel ensangrentada de un herido contra el chaman. La muerte del herido será muy lenta.

La sangre representa un líquido maléfico; el fluido involucra la venganza y es a su vez benéfico, ya que lava las impurezas impuestas sobre el linaje. Así se derrama la sangre de los ofensores, para descontaminar y restaurar el daño provocado por la violencia.

Un cadáver dentro de la comunidad se materializa como un tabú, ya que genera rechazo y repugnancia. Por ser estos cuerpos agentes contaminadoras y corruptos, a veces se evitaba que un animal consuma a un cadáver.

Fuentes: Textos de Gusinde, Chapman, Quiroz.

http://www.serindigena.cl/territorios/selknam/territorio_selknam.htm

* Mariana Muñoz es miembro de Ser Indígena y estudiante de Antropología de la Universidad Austral de Chile

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Vida circular y Nuevo Pachakuty

Publicado en Sabiduria el 01/01/2006 por admin

12Hermanos:

Junto con saludarlos, les deseo que las mejores energías de la madre tierra los acompañen en este nuevo ciclo de la vida, donde tenemos claras señales, de que cueste lo cueste y a pesar de los pesares, las primeras naciones siguen avanzando en la recuperación de nuestra dignidad, en todas parte de nuestro continente se empieza a encender la chispa que abrigamos por 500 años, para volver a florecer en este nuevo Pachakuty, donde la oscuridad le dará paso a luz que alumbra nuestra esperanza.

Todo lo oscuro se empieza aclarar, y ya vemos como las empresas madereras develan su forma de operar en nuestra tierra con su montaje de Valdivia, donde después de contaminar y destruir la maravillosa existencia de Río Cruces en Valdivia, presentan su defensa basada en una mentira,. Así también consiguieron construir las represas del alto Bio Bio y el hotel de Explora sobre el territorio de nuestros hermanos Likan Antay, y ahora nos quieren decir que el proyecto minero de Pascua Lama es beneficioso para todos, pero la verdad aflora siempre, y la misma naturaleza de las cosas nos dará la respuesta, porque así lo dictamina la vida circular y el nuevo Pachakuty.

No es difícil darse cuenta hoy día, de la diferencia de trato que existe con nuestros pueblos, donde a nuestros hermanos mapuches le aplican todo el rigor de la ley de seguridad por luchar por sus tierra originarias, y el trato que le dan a los siniestros personajes de la Colonia Dignidad, donde se cometieron todo tipo de atropellos y atrocidades, que recibieron el apoyo de muchos políticos, que son los mismos que atacan y aplauden la represión al pueblo mapuche acusándolos de terroristas. Ahora que encontraron todo el arsenal les preguntamos, quiénes son los terroristas, si los dueños originarios de estas tierras, o los que llegaron a explotar en forma maliciosa nuestras tierras y a nuestra gente.

Pero en fin, la histora se sigue escribiendo, y algún día se dirá que muchos de los nuestros fueron condenados por defender el derecho a la tierra, pero también sabrán que no somos los culpables de la destrucción de nuestro planeta, que nosotros vivimos en paz en armonía con la naturaleza, pero llegaron y siguieron llegando, con sus mentiras, su ambición, sus armas, su corrupción, sus proyectos genocidas, a todos lo lugares donde existió algo que explotar en forma irracional. Ahí estuvieron ellos llevándose todo, dejando para sus habitantes sólo miserias, tristeza y las secuelas de la destrucción ambiental. Pero ahí estaremos nosotros, porque duela a quien le duela, cueste lo que cueste, los hijos de la tierra siempre vamos a florecer y estaremos para reconstruir la primavera.

Patara: lider indígena andino. Región Metropolitana.

CONACIN / conacin@hotmail.com

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Los Andes Centrales: Encrucijada y Retos

Publicado en Sabiduria el 01/01/2006 por admin

Andes CentralesEl advenimiento del Nuevo Pachakuti fue marcado por un fuerte sismo que se sintió en diferentes puntos del planeta y que los indios, sentimos que era la llegada de la luz.

Desde ese día (23 de Junio 2001) hasta la fecha, han trascurrido apenas cuatro años, pero son una clara señal de los cambios que vendrán.

En todo el continente se siente el despertar de los llamados PUEBLOS ORIGINARIOS, quienes empiezan a ponerse de pie y hacen sentir su voz de protesta y aspiración a recuperar lo que por derecho natural es suyo y se les arrebató.

Las formas como se dan las respuestas de las naciones indias son distintas, ya que obedecen a las particularidades de cada una y a la situación en que se encuentran.

Desde Chiapas (en tierras Mayas) hasta las selvas de Arauco en la nación Mapuche, una ola emergente de demandas crece diariamente, teniendo a los Andes Centrales (Ecuador, Perú y Bolivia) como eje principal.

Los gobiernos, de dichos estados republicanos, no logran entender lo que está sucediendo, sus ideólogos políticos … tampoco.

¿A que se debe ello …? La razón es una sola. Los pueblos indios, nunca fueron tomados en cuenta, al momento de elaborar sus proyectos políticos. Las expectativas de desarrollo de sus gobiernos, no fue la de satisfacer las necesidades nuestras, sino de las poblaciones urbanas, aspirando alcanzar un modo de vida, similar al de las grandes metrópolis occidentales.

Por ello se desconciertan y no logran entender lo que está pensando.

Crean mecanismos u organizaciones con el fin de ser voceros y conductores de las aspiraciones de los pueblos indígenas y terminan fracasando.

La izquierda marxista (una de las opciones del sistema occidental) intenta introducirse dentro del movimiento indígena a fin de dirigirlo y, también fracasa. Es que sus sociólogos y antropólogos llegaron tarde cuando ese renacer indio surgió. Por lo tanto no logran entender lo que está sucediendo. Ensayan respuestas e hipótesis, pero desde su óptica, en vista que les resulta imposible hacerlo desde la nuestra. Por lo tanto continua su fracaso.

Y si bien no logran comprender la lógica de nuestro pensamiento, sus analistas políticos reconocen, que el panorama se les escapa del control y no lo pueden manejar como siempre lo hicieron. Que no son sus tradicionales opositores políticos quienes levantan su voz y empiezan a presionar exigiendo se de atención a sus reivindicaciones, y que toman decisiones que el Estado no se atreve a tomar. Que no son estudiantes universitarios, sus propios trabajadores o los llamados campesinos, sino que son las propias comunidades o el pueblo indígena. Y reconocen que en los próximos años la situación tenderá a agudizarse. Que éste les puede generar serios problemas geopolíticos, ya que en muchos casos los conflictos podrán tener como escenario zonas fronterizas, igualmente prevén que ello puede perjudicar las inversiones extranjeras, al no contar con la tranquilidad que requieren para el desarrollo de su actividad, y por lo tanto deberán estar preparados para actuar ante tal eventualidad.

Los graves conflictos que se han presentado en las últimas semanas en Perú, entre comuneros andinos de Cajamarca y Qosqo con los grande consorcios mineros, parecería indicar que el diagnóstico que hicieran era acertado.

Pero no es así y, esto debemos tenerlo absolutamente claro.

Es totalmente cierto que las reinvidicaciones de los comuneros son justas, pero los métodos utilizados y el grado de violencia desatada, indican la presencia de elementos foráneos y la presencia de organizaciones políticas de izquierda, que han buscado empujar a las comunidades al empleo de la violencia, como forma de expresión y herramienta que les permita alcanzar sus demandas.

En Bolivia el conflicto entre las tierras bajas, ricas en recursos naturales y ocupadas por grandes empresarios ligados al capital extranjero, versus las tierras altas de la puna y el altiplano con fuerte hegemonía aymara, se han agudizado tanto que han provocado nuevamente la caída de otro presidente.

Las reivindicaciones del pueblo boliviano son justas, al igual que su oposición a la erradicación de los cultivos de hoja de coca.

Pero detrás de ello podemos ver la mano de occidente, que azuza el conflicto buscando agudizar aún más la crisis. La misma que hoy puede llevar a la ruptura del país u ocasionar una intervención militar extranjera, con el pretexto de salvaguardar sus intereses económicos o para restablecer el orden y la tranquilidad en la región.

En tal sentido la actitud de algunos dirigentes políticos, como Eva Morales y su partido el MAS, resulta sumamente preocupante.

Una pregunta que cabe hacernos es si occidente, no ha sido capaz de elaborar una cocaína sintética. La cual podría ser mucho más barata a la que se produce mal usando nuestra planta sagrada …. ¿ es que ha fracasado en su intento?.

Nos resulta difícil de creerlo, ya que con todo su adelanto científico y tecnológico, debieron haberlo conseguido.

Salvo que sea conveniente a sus intereses y su lucha por erradicar los cultivos de hoja de coca, sean un pretexto para ocultar otros intereses.

¿Cuáles podrán ser? …. No necesitamos ser adivinos para darnos cuenta que lo que más les interesa es disponer de nuestros recursos naturales. No solo por la gran riqueza biogenética de la región sino también por sus grandes reservas de petróleo, gas y agua.

Es bien sabido que tanto el gas como el agua, serán los recursos más cotizados en las próximas décadas. Y nosotros disponemos de ellos en abundancia. Quienes los tengan bajo su control podrán asegurar su hegemonía a nivel mundial. Por lo tanto a Estados Unidos le interesa disponer libremente de ellos. Mas aun cuando saben que China va camino a convertirse en la Primera Potencia Mundial, en los próximos 15 años.

Si Estados Unidos quiere seguir siendo potencia, deberá asegurar recursos naturales, mano de obra barata y mercado para sus productos… ¿donde?. En lo que ellos llaman su “Patio trasero”. Vale decir, la América Andina.

Ese es el gran objetivo que persiguen y para lograrlo TODO VALE. Desde una intervención militar directa al estilo HAITI, al desmembramiento de los países poseedores de estos recursos y su absorción por otros más fuertes pero aliados de occidente (como Brasil y Chile) o provocando una salida tipo Yugoslavia desencadenando terribles conflictos étnicos. La salida no les importa, siempre que ello les permita asegurar y disponer de nuestros recursos.

Occidente sabe que aquellos estados que no han logrado desarrollar un proyecto nacional, están condenados a ser neutralizados o desaparecer por la globalización y Ecuador, Perú y Bolivia no son estados Nacionales, ya que en su interior conviven diversas naciones indias que aún conservan sus raíces ancestrales.

Son países, estados, con régimen republicano, pero no son naciones. Pero nunca lo quisieron reconocer y menos aceptar.

Hoy estas naciones indígenas siguen vivas, sin contar con un Estado o Gobierno. Viven subterráneamente posicionadas sobre sus antiguos territorios.

Esto evidentemente genera choques, conflictos que inevitablemente tenderán a agudizarse, pues son dos sistemas que se mueven con lógicas distintas. Uno formal, basado en una legalidad que solo favorece a una minoría y tiene su base en las ciudades y otro andino, que se mueve combinando y armonizando el derecho privado – familiar con el comunitario. Que se gobierna solo, donde el estado formal destaca por su ausencia, no llegan los programas de desarrollo o estos no pueden ser aplicados por desconocimiento de la realidad andina y donde, la justicia que se aplica es la ancestral. Aceptada por todos y que busca que los problemas no se conviertan en conflictos. Que es funcional y efectiva pese a que muchas veces por incomprensión se le vea como primitiva o salvaje.

En los últimos años se ha planteado el tema de interculturalidad y de esta se habla en todo el continente. No solo por las implicaciones de la globalización, sino además porque se espera que a través de programas de interculturalidad sea posible acercarse a entender la lógica del pensamiento y comportamiento indígena y andino.

La protesta es de una integración cultural, pero sobre todo lo que se busca es que podamos ser asimilados por occidente, a partir de reconocer que algo de valor tenemos y que justifica que occidente nos absorba.

El problema es: ¿que se puede hablar de interculturalidad?, si se desconoce a la cultura que se tiene al frente y con quien deberá relacionarse. Peor aún sí desde un inicio se subestima a una de las partes.

El choclo con queso es un potaje muy andino y puede servirnos de ejemplo de cómo debe manejarse la interculturalidad para que funcione. El choclo es nuestro, mientras que el queso es de origen occidental.

Es una combinación sabrosa y a todos nos gusta ¿El secreto?… que se reconoce el valor que ambos tienen por separado. Ninguno opaca o subestima al sabor del otro. Tiene orígenes distintos, pero juntos se complementan y dan un sabor agradable que satisface a quien lo prueba.

Ahora bien… ¿qué culturas pretenden combinar con la interculturalidad? Si la que llega por televisión y los medios de comunicación es negativa, brutal, violenta y donde el más fuerte y sanguinario es presentado como poderoso y por más que se muestre su comportamiento negativo termina convertido en un modelo a seguir. Si esos medios de comunicación se burlan de nuestra cultura y nuestra gente, como en el caso del personaje de televisión “la Paisana Jacinta” o ese otro que muestra a un homosexual vestido de mujer andina. Ambos son una ofensa al mundo andino. Entonces … ¿De qué interculturalidad se habla, cuando occidente nos muestra lo peor de su sociedad y se burla de la nuestra? …. Sencillamente de ninguna.

Pero los libros y ensayos que tratan sobre este tema son muchos. Y son tantos que nos indican que simplemente no entienden la raíz del problema.

Visto desde esta perspectiva, el panorama que se nos presenta es bastante alarmante ya que está en riesgo no solo nuestra cultura, sino también la existencia misma de las naciones indígenas y pueblos originarios.

Es muy sintomático que en los libros de las escuelas norteamericanas, aparezca el mapa de nuestro continente, señalando que la gran región amazónica, es parte del patrimonio que Estados Unidos deberá defender para asegurar su supervivencia como potencia.

Y ningún estado a levantado su voz de protesta ante tal atropello. Ningún político de izquierda y derecha lo ha denunciado.

Es que tal como lo venimos sosteniendo, ambos son opciones del propio sistema. Y nada nuevo podemos esperar de ellos. Mucho menos que actúen con dignidad o valentía.

Son pocos los intelectuales o pensadores indígenas, que han logrado entender el siniestro juego de occidente, ya que ellos cuentan con el poder de los medios de comunicación y la información, la ocultan y manipulan de acuerdo a sus intereses.

Pero nuestra fuerza radica donde están sus carencias. En nuestra enorme riqueza espiritual y cultural. Frente a la decadencia social y de valores de occidente.

Son nuestras tierras las que pretenden volver a usurpar, expulsándonos de ellas. Pero es la fuerza de nuestro número la que se los ha impedido hasta el momento y además, el hecho de que es mayoritariamente población indígena la que en ellos habitan. Es también el no haber caído atrapados en la enfermedad del consumismo y es sobre todo la fuerza de nuestra ancestral cultura.

Es por ello que religándonos nuevamente a nuestra cultura y retornando a nuestra raíces, que lograremos sobrevivir y – además – salir victoriosos de este nuevo conflicto al que pretende llevarnos occidente.

Nunca debemos olvidar que nuestra cultura es de vida, mientras que la de ellos es de muerte. La nuestra de armonía y la de ellos de conflicto.

Y es allí donde radica nuestra fuerza.

Si algún “dirigente indio” o andino, dice recoger nuestra justas aspiraciones o reinvidicaciones y nos presenta salidas que no corresponden a la naturaleza real de nuestra cultura, simplemente es un instrumento de occidente. Sea conciente o no de ello.

Y esto no podemos equivocarnos, pues sería fatal.

Por todo lo expresado queda claro que debemos desarrollar una propuesta alternativa distinta a la que pretende occidente y que vele por nuestros intereses como naciones indias.

Mientras esta es elaborada, es necesario ir tomando algunas medidas, tendientes a consolidar nuestra identidad y que a su vez ayude a nuestros niños y jóvenes a retomar a sus raíces.

Estas pueden ser:

• En el núcleo familiar :

– Reinvindicar y sentirse orgulloso de ser indios. Sin que sea un impedimento que algunos no sean originarios. Ya que ser indio no es solo una cuestión racial, sino fundamentalmente cultural.

– Incentivar el respeto a nuestra Santa Madre Tierra. A sus leyes y normas de vida en armonía.

– Que nuestros niños lleven por lo menos un segundo nombre, de origen andino: Diego Lautaro, Lorena Nayra, etc.

– Enseñar a ser respetuosos con nuestros hermanos comuneros. Toda vez que ellos han sido celosos guardianes de nuestra cultura y que hoy, podemos sentirnos orgullosos de ser indios.

– Hacer hincapié en la supremacía de nuestra cultura. Y que si esta fue vencida – temporalmente – por el invasor, no fue porque la nuestra fuera débil, sino porque occidente había desarrollado una cultura de guerra y de muerte. Por lo tanto, enseñarles a rechazar cualquier manifestación cultural que signifique desarmonía, violencia o muerte. Totalmente ajena a nuestra forma de ver y entender la ida y el mundo.

– Formar a nuestros hijos en nuestros valores culturales andinos, como son el rechazo a la mentira, ser solidarios con sus hermanos, familiares y la comunidad, no entender el trabajo como “castigo divino” sino como competencia, fiesta, integración, etc.

– Que nuestra dieta alimenticia priorice por los alimentos naturales. Que rechace los que son enlatados. Y además enseñarles a consumirlos, tal como lo hacían nuestros abuelos.

– Preocuparnos porque no desaparezcan nuestras lenguas nativas. Incentivar que se hable en quechua, Aymará, etc.

– Dar prioridad a la celebración de las festividades andinas muchas de las cuales por una cuestión de sincretismo cultural, coinciden con el calendario religioso cristiano/ occidental. Cuando ello suceda, explicar su origen y valor.

– No permitir que se pierda nuestra tradición de ofrendar a la Santa Madre Tierra, a nuestras Montañas Sagradas, a nuestros antepasados , el sorteo con hojas de coca, etc y practicarlos con nuestros hijos y nietos.

– Transmitir en familia, nuestros mitos, leyendas y tradiciones, a fin de evitar que sean borrados de nuestra memoria colectiva.

– Incentivar el respeto por todo nuestros valores culturales y símbolos no permitiendo que se manoseen, mal usen o trafique con ellos.

En el ámbito comunal y como movimiento indígena:

– Debemos tomar conciencia que somos dueños absolutos de todos los recursos naturales que se encuentran en el subsuelo, el sobresuelo y el suprasuelo de nuestro territorio y debemos estar prestos a defenderlos.

– Reconocernos como indios, independientemente sí somos agricultores, pastores, artesanos, mineros, estudiantes o profesionales y trabajar comprometidos con nuestras nacionalidades originarias.

– Hacer hincapié que nuestros símbolos sagrados son la Wiphala de cuarenta y nueve cuariculas de siete colores, la Wiphala blanca, la Chakana, las hojas de coca, nuestras montañas sagradas y paqarinas de origen.

– Debemos trabajar para el fortalecimiento del ayni, la mink´a y la reciprocidad andina.

– Es de suma importancia lograr que nuestros jóvenes tomen conciencia que el status de ecuatoriano, peruano o boliviano no obedece a nuestra realidad cultural. Que la IDENTIDAD CULTURAL no es producto ni propiedad de los Estados, sino de las naciones. Por lo tanto primero debemos reconocer nuestra condición de naciones indias, por sobre los Estados, que han pretendido imponernos, a partir de la llamada independencia de España.

En tal sentido debemos abstenernos a cantar sus himnos patrios y celebrar sus festividades. Toda vez que ello atenta contra nuestra condición de naciones indias.

Dejar en claro, que si nos vemos obligados a cantarlos o festejar sus fiestas, es solo para evitar que el peso de sus sistema nos golpee aun más y sea una justificación para exterminarnos.

– Promover que nuestras mujeres, independientemente de su condición, procreen más de cuatro hijos, a fin de permitir mantener viva e incrementar nuestra población. Por lo tanto deberemos luchar contra la política de control de la natalidad, que solo busca reducir la población indígena, para posibilitar migraciones europeas a fin de apoderarse de nuestros territorios y usufructuar de sus riquezas.

En los próximos años debemos afrontar momentos difíciles. Solo religándonos a nuestra cultura y manteniéndonos unidos, lograremos evitar el exterminio de nuestras naciones indias, que habitan en los estados mencionados.

Podemos desarrollar todas las iniciativas que sean posibles, pero debemos ser prudentes y trabajar subterráneamente, a fin de evitar prevenir a occidente y que nos golpee.

06 Julio 2005

JUAN RIVERA TOSI

e-mail: juan_riveratosi@yahoo.es

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La historia de la fotografía mapuche del siglo XIX y XX

Publicado en Arte el 01/01/2006 por admin

Un equipo de historiadores, antropólogos y estetas realizaron un estudio sobre fotografías mapuches de fines del siglo XIX y principios del XX. Este análisis permitió descubrir muchos aspectos desconocidos de estas imágenes como la forma en que fueron elaboradas y las intervenciones de los mismos fotógrafos.

El retrato en blanco y negro de una mujer mapuche con su chamall y platería parece un testimonio patente de esta cultura, al igual que la fotografía antigua de un cacique con su poncho y trarilonko. Sin embargo, detrás de ellas hay una historia, una construcción realizada por los fotógrafos que captan esos instantes. En esa historia contenida en las imágenes, quisieron ahondar un grupo de profesionales, entre los que se encuentra Margarita Alvarado, profesora del Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica. Sus palabras traen y recrean los principales momentos de esta investigación.

Esta iniciativa surgió luego de un largo trabajo con el museólogo del Museo Nacional de Historia Natural, Miguel Ángel Azócar, durante el cual recopilaron fotografías y empezaron a notar que muchas fotos se repetían o que no se sabía a quién pertenecían. Se hizo patente la necesidad de descubrir su historia. Además muchas de estas imágenes eran las más clásicas asignadas al pueblo mapuche, tanto en textos de estudio, afiches y objetos alusivos a esta cultura. “Nosotros, en realidad, mostramos un poco cómo estas fotografías han influido en general en la sociedad en la construcción de una imagen de lo mapuche”.

Para realizar la investigación, que se extendió por tres años, obtuvieron un proyecto del Fondecyt. Los resultados se plasmaron en un sitio web y un libro llamado Fotografía Mapuche siglos XIX y XX: Construcción y montaje de un imaginario. De esta manera, sintetizaron un trabajo en el que recabaron cerca de 900 fotografías, obtenidas de archivos nacionales e internacionales, las que fueron analizadas desde distintas perspectivas, entre ellas: su influencia como íconos de la cultura mapuche, las técnicas utilizadas por los fotógrafos, cómo es recibida la fotografía entre los propios mapuches. Toda esta diversidad de corrientes tiene un eje común: el considerar la fotografía como una recreación y no un reflejo fiel de lo real. “En cierta medida nosotros decimos que es una construcción que los fotógrafos hacen, o sea, la fotografía como una expresión de la modernidad, no es la realidad, sino una representación de la realidad”.

En el estudio consideraron principalmente el trabajo de tres fotógrafos: Christian Enrique Valck, Gustavo Milet y Obder Heffer. Eso se debe a que estos artistas son los primeros en realizar una producción visual más sistemática de la cultura mapuche. “Son los fotógrafos más tempranos en captar al mundo mapuche. Y nosotros los llamamos los fundadores porque justamente son como los pioneros de la imagen fotográfica de lo mapuche”. Estos artistas entregan los parámetros y la estética de la denominada fotografía étnica. Este tipo de realización visual, es un género dentro de la fotografía que posee un concepto fundamental: “Se relaciona con la idea de que la imagen contiene un registro de una otredad, de una cultura diferente, de una persona que pertenece a otro pueblo”. Sin embargo, estos realizadores no tenían la intención de hacer este tipo de fotografía, ya que sólo buscaban captar a estas personas diferentes y, posiblemente, incluso con un afán comercial de vender estas fotos.

Dado el carácter de símbolos de la cultura mapuche que se le ha otorgado a muchas de las imágenes analizadas, resulta sumamente interesante los descubrimientos de los investigadores en torno a la construcción de las fotografías que hicieron estos artistas. Existen imágenes tratadas con recortes para conseguir una cierto carácter de testimonio de una cultura, sacando los elementos que no permitan una visión pura; algunos fotógrafos les agregaban objetos a los mapuches, aquellos que creían importantes para testimoniar su pertenencia a un pueblo. Sin embargo, se considera que a pesar de las alteraciones, estas imágenes constituyen un testimonio, pues los mapuches sí estuvieron allí: “Nos permite conocer una cierta realidad, a pesar de esta construcción que hacen los fotógrafos”.

Pero lo más relevante se encuentra en el proceso de recepción de estas imágenes. “Lo interesante es la manera en que estas fotografías se han utilizado, cómo estas fotos han circulado en distintos contextos iconográficos y de esa manera se han cargado de un significado especial”. Y esta significación va a depender del contexto en el cual aparezca: textos especializados, históricos, culturales, turísticos e incluso político-sociales, pues muchas de estas imágenes son tomadas hoy por grupos mapuches para dar cuenta de sus reivindicaciones territoriales y culturales. “Ellos mismos las toman como representación de su cultura, de su identidad. En ese sentido, la fotografía ha adquirido connotaciones que van más allá de la propia fotografía”.

También se vuelve interesante lo que ocurre al mostrar estas imágenes a los mapuches de hoy. Como parte de la investigación, llevaron su trabajo a la zona de Traiguén y del Lago Calafquén, teniendo experiencias muy interesantes en varias escuelas. Se mostraba mucho interés por las imágenes y se producía una cierta identificación. “Cuando uno le muestra estas fotos a los indígenas muchas veces pasa que ellos tienden a ver `Mira este se parece al abuelito tanto o este se parece a tal persona´. Hay un intento de familiaridad con estas imágenes. Se sienten totalmente identificados con lo que ven, no les resulta ajeno”.

Algo que dificulta el poder precisar claramente a los retratados y, por ende, relacionarlos con determinadas familias, es la carencia de una identificación. A diferencia de las fotos de la sociedad local en que aparecen consignados nombres y familias, aquí no hay nada que pueda precisar su origen o su nombre. “En el fondo eso nos podría hacer pensar que los fotógrafos ven a estos fotografiados como representantes de una etnicidad, de una cultura, más que como individuos”.

Algo que destaca de esta investigación la profesora Margarita Alvarado es la reafirmación de la multiplicidad de significados que tiene una imagen. “Buscamos esa idea de abrir ese universo de imágenes a las posibilidades de interpretación y sobre todo de rescatar de los cajones muchas imágenes que estaban sumergidas y que nadie conocía y que hoy día están volcadas en el libro que circula y en el sitio web donde todo el mundo las puede ver, bajar, imprimir. Eso es lo más maravilloso de nuestra investigación”. En torno a esto último, comenta que una vez caminando por el Paseo Ahumada encontró un señor vendiendo las fotos, lo que le pareció fantástico, pues reafirma el sentido de que estas imágenes sean conocidas, pues son un patrimonio de todos. “Es nuestro imaginario, es lo que nos otorga un referente visual de cómo nosotros hemos construido una imagen de lo mapuche”.

A esto se agrega un sentido de humanizar al pueblo mapuche como individuos y sociedad. “Posicionar al mundo mapuche, en su justa medida, como parte de nuestra diversidad cultural con sus grandezas y pequeñeces como cualquier sociedad”.

En estos momentos el equipo se encuentra volcado a una investigación similar con los pueblos fueguinos, en particular por el carácter de extintas que se le ha otorgado, a pesar de que aún existen descendientes de estos pueblos. “Hay pocos, pero quedan y son parte de nuestra sociedad, entonces en este sentido hemos querido abordar esta problemática”.

Sin duda las imágenes del ayer se vuelven presentes cuando son vistas por los ojos de hoy. Y esta investigación se vuelve un testimonio de la contingencia de las fotografías de los pueblos originarios. En ellas hay identidad, hay existencia, hay una historia, la cual es recreada por este equipo de investigadores que al traerla sólo confirman la humanidad antigua y naciente de los pueblos indígenas.

Dirección del sitio web: http://www.uc.cl/proyectos/mapuches/html/frameportada.html

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Wiphala

Publicado en Costumbres, Sabiduria el 01/01/2006 por admin

wipalaLa Whipala es bastante más que la bandera y el emblema de la nación Andina y de los Aymara Quishwa, es la representación de su filosofía andina y, actualmente, el símbolo de la resurrección de la cultura que fluyó de los primordiales Cuatro Estados del Tiwantinsuyo.

Durante muchos años la colonia española prohibió la sagrada Whipala que hoy vuelve a ser reconocida y comprendida a pesar de las eras de persecución y el intento de borrar su significado.

A continuación una brevísima introducción a su simbolismo.

La Whipala está compuesta de 49 espacios con los siete colores del arco iris.

En el centro está atravesada por una franja de siete cuadrados blancos que simbolizan las Markas y Suyus, es decir la colectividad y la unidad en la diversidad geográfica y étnica de los Andes. Esta franja representa también al principio de la dualidad, así como la complementariedad de los opuestos, por lo tanto unión de los espacios; y así la oposición complementaria o fuerza de la dualidad, es decir: fertilidad, unión de los seres y, por consiguiente, la transformación de la naturaleza y los humanos que implica el camino vital, y la búsqueda a la que éste nos impulsa.

Sus Cuatro Lados

Los cuatro lados de la Whipala conmemoran tanto a los Cuatro Hermanos Míticos; Ayar-kachi, Ayar-uchu, Ayar-laq’a y Ayar-k’allku, quienes fueron los precursores de los Cuatro Estados originales del Tawantinsuyu; así como simbolizan al calendario Cósmico de los Aymará Quishwa; las cuatro épocas del año divididas por las cuatro festividades que las conmemoran: JUYPHI-PACHA o estación fría, LAPAKA-PACHA, estación del calor, JALLU-PACH-A, estación de la lluvia, y finalmente, AWTI-PACHA o estación seca.

Los Siete Colores del Arco Iris

ROJO; representa al planeta Tierra (aka-pacha) así como al conocimiento de los AMAWTAS.

NARANJA; representa la sociedad; expresa la preservación y procreación de la especie; así como salud y los conocimientos de la medicina; también a la educación y juventud.

AMARILLO; Energía y fuerza (ch’ama-pacha), doctrina del Pacha-kama y Pacha-mama; dualidad; leyes y normas de la práctica colectiva.

BLANCO; representa al tiempo y a su dialéctica (jaya-pacha), transformación; el arte y el trabajo, reciprocidad.

VERDE; Para algunos representa a la economía y la producción andina; riquezas naturales, Tierra y territorialidad, así como la flora y fauna que es también considerada un don.

AZUL; Espacio cósmico, el infinito (araxa- pacha), es la expresión de los sistemas estelares y de los fenómenos naturales.

VIOLETA; Expresión del pueblo y del poder comunitario; estado, organizaciones sociales, intercambio.

La Whipala y la Simbología Matemática

Para interpretar la simbología matemática de la Whipala, debemos remontarnos a la idea del calendario, el cual podemos leer de tres maneras complementarias:

Verticalmente, horizontalmente y diagonalmente, lo cual conforma el AWAKU andino.

La parte superior de la Whipala se identifica con el Sol, el día y la parte de inferior con la Luna, es decir, la noche. La Whipala permite que a través del cálculo matemático sean previstas las fechas de los equinoccios, solsticios y eclipses.

En el calendario andino la “Luna anual” tiene trece meses divididos en 28 días, entretanto el “Sol anual” tiene 12 meses constituidos por 8 meses de 30 días más cuatro de 31 jornadas, lo cual al sumarse nos da un total de 364 días, más un día; el llamado JACH’A-URU o Día Grande.

Fuentes:

www.katari.org

www.revista.serindigena.cl/props/public_html/?module=displaystory&story_id=737&format=html

En Medio del Olvido

Publicado en Madre Tierra el 01/01/2006 por admin

En Quinquén la vida es duraMediados de febrero en Quinquén. El sol pega fuerte sobre las cabezas de los comuneros. A mil metros sobre el nivel del mar, a un paso de la frontera, en medio de la cordillera, región de la Araucanía. El trabajo no cesa: construyen o reparan los galpones que albergarán al ganado en el invierno.

Es época de cosecha, el forraje, las papas y la leña se acumulan en grandes cantidades. Ya llegará marzo y empezará la recolección de piñones. En verano no hay descanso porque en invierno, con dos metros de nieve, es poco lo que se puede hacer.

En Quinquén no hay electricidad, no hay agua potable, no hay teléfono, no hay micros rurales y los caminos son de temporada, es decir, quedan inhabilitados a voluntad del clima. Si la salud falla o la urgencia impone salir del lugar, solo los radio trasmisores pueden ayudar. Pero están 18 kilómetros del pueblo más cercano y acá al menos existe un solo vehículo, viejo y desgastado de un lugareño.

La mayoría de las veces hacen los primeros kilómetros a caballo y dejan sus animales a orilla del camino por varias horas hasta que terminan sus trámites. Otras veces, cuando viajan por mas tiempo, lo hacen caminando para no dejar a los caballos tanto rato solos. Caminando se demoran hasta nueve horas cuando hay nieve.

El aislamiento tiene distintas formas a lo largo del país, pero la mayoría de las comunidades indígenas de Parinacota a Tierra del Fuego viven en las mismas condiciones. Condiciones que el domingo 27 de noviembre zozobraron en el Lago Maihue con 32 personas a bordo.

Doña Santita

«Todos hablan de esto como si fuera primera vez que ocurre. El lago ha sido siempre un motivo de peligro y problemas para nosotros. Lo que pasa es que hasta ahora nadie había querido darse cuenta», reflexiona Elsa Panguilef, vicepresidenta de la comunidad de Rupumeica. Hace diez años, un hombre se hundió con su bote a remo en el lago. Su cuerpo nunca fue encontrado. Hace cuatro, una escolar y un bebé murieron ahogados al volcarse la embarcación. Solo la niña fue enterrada.

La gente de la comunidad se dedica en su mayoría a la agricultura o la ganadería de subsistencia. La falta de un camino que conecte con otras localidades es, a juicio del presidente de la comunidad, Gastón Quinillao, una de las principales causas de la postración económica de Rupumeica. «A veces se producen excedentes en la producción agrícola, pero no es posible venderlos en otro lado, porque el flete por el lago es carísimo».

La zona es rica en madera nativa, especialmente roble, pero los comuneros no tienen como venderla. No tienen como trasladarla a los centro de comercio y tampoco les llegan compradores por la falta de camino. Excepto uno: el economista Nicolás Flaño Calderón, ex gerente general de Ferrocarriles del Estado (EFE), quien renunció a su cargo luego del accidente donde la estudiante de medicina de la UC, Daniela García, perdió sus extremidades.

Flaño es el único vecino de la comunidad y dueño del único camino que llega a ella. Según el Consejo de Todas las Tierras, comprador de Doña Santita, la embarcación hundida, “la lancha fue una solución temporal, porque el gobierno no estuvo dispuesto a presionar a Nicolás Flaño para permitir la servidumbre de paso en favor de las comunidades mapuches y en particular de Rupumeica. Además esa tierra estaba siendo reivindicada por la comunidad”.

El ex gerente de EFE no solo les negaba el paso sino que además aprovechaba su condición para pagarles una miseria por las maderas que los comuneros extraían de sus alrededores. En 1992 les pagaba treinta y cinco pesos por pulgada de madera, cuando en el mercado se pagaba 350 pesos por pulgada.

Fuerza Centrípeta

Recién en abril del próximo año estará listo el camino que beneficiará a las tres comunidades mapuches que hoy sufren la tragedia: Hueinahue, Maihue y Rupumeica y particularmente a Rupumeica Bajo. Camino que hace años se estaba pidiendo, pero que nunca se hizo por falta de interesados en la licitación.

“El gobierno debe responder por esta negligencia. No se justifica que mientras está construyendo caminos para llegar en 20 minutos de La Dehesa al Aeropuerto, no haya sido capaz de dar camino digno a solo 500 personas que viven en condiciones extremas”, reclama Jenia Jofré Canobra de la ONG Ser Indígena. Lo que esta comunidad necesita, además del camino, es un catamarán, una embarcación techada con asientos tipo bus, con chofer y un horario definido.

Los 17 niños y adultos muertos en la tragedia, al igual que los 16 sobrevivientes, subieron a la embarcación porque no les quedaba otra. Por lo menos a los escolares: era domingo y debían reintegrarse a sus internados para iniciar la semana de clases, luego de la cual volverían a abordar la embarcación, el viernes, para regresar a casa. “La gente va por necesidad, desafiando a su suerte ¿Qué haces cuando no tienes otra alternativa? Las personas tienen que ir a trabajar, a estudiar, y cuando el viaje ya se ha hecho mil veces se generan falsas confianzas hasta que no se cuestiona más la precariedad”, explica Jenia Jofré.

La fuerza centrípeta del país concentra todas las gestiones y los recursos en la capital: el 42% de la población vive en Santiago y el 70% de los recursos del Bicentenario están destinados a la Región Metropolitana.

«A veces uno cree que la civilización y la tecnología han llegado a todas partes, pero la realidad no es tan bonita», dice la directora de la escuela de Maihue con esa pausada firmeza nacida del dolor que tanto se parece a la rabia. «Ojalá los adelantos también lleguen aquí para que la gente no tenga que llevar su carga, su alimentación al hombro, trasbordando en bote, luego a caballo, en carreta, subiendo cerros», agrega Nancy de la Coste en una entrevista radial.

Francisca Araya. Es periodista y colaboradora de Ser Indígena.

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La Cocina Andina y al Afecto

Publicado en Gastronomía el 01/01/2006 por admin

MaizCosmovisión y alimentación

Rodolfo Taruf

La cocina en los tiempos pre-hispánicos tenía una diferente filosofía de lo que conocemos ahora, los incas del Ande conceptuaban de que todo tenía vida y todo tenia alma, practicaban el «Vivencialismo» y el «Animismo», por lo tanto, todo tenía que comer.

La cocina era un espacio de amparo y de afecto. El fogón no sólo era un instrumento o modo para cocinar. En la Cosmovisión de los Quechuas y Aymaras (pobladores del ande peruano) el fogón es una Deidad menor, es la QERI AWICHA, o mejor dicho la diosa de la cocina, está considerada como la abuela o madre, la que nos alimenta y está vigilante de que lo que se utiliza sea natural y sobre todo que cuando se cocina nuestra conducta sea la de tranquilidad y alegría si no lo cocinado saldrá defectuoso.

En la construcción de la cocina se deposita el AYTU, que es coca, manteca, miel de abeja y se hace pidiendo que nos ayude a alimentar a la familia.

En el mundo andino se «Cocina para llenar el alma y no para llenar el estomago». Un ejemplo de la relación de Comida-Conducta es la siguiente: En algunos pueblos remotos del ande peruano cuando se realiza una boda, las autoridades del pueblo presentan a los novios, padrinos y padres de los novios un plato de caldo de cabeza de cordero (antes era llama) y lo sirven, dándole como presa del caldo a los novios las orejas del animal, «PARA QUE SEPAN ESCUCHAR LOS CONSEJOS DE LOS PADRINOS», a los padrinos se le entrega la lengua y el maxilar, «PARA QUE SEPAN HABLAR Y DAR CONSEJOS AL NUEVO MATRIMONIO», y a los padres se les reserva los ojos, «PARA QUE SEPAN MIRAR Y ESTAR PENDIENTE DE LA NUEVA FAMILIA».

El almuerzo que preparan para los demás acompañantes (amigos y vecinos) es el Fata caldo, que consiste en un plato preparado con las patas del cordero y se acompaña con papas, habas, alverjas, quina, trigo, zapallo y otros ingredientes, este plato indica que están obligados a venir corriendo y de prisa cuando les haga falta algo a la nueva familia.

Como verás amigo, el mundo gastronómico andino tiene significado.