Wariaches en lo Winka

Publicado en Memoria el 01/01/2006 por admin

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Otro 12 de octubre en Chile, otro día más en que los pueblos originarios reclaman sus derechos al Estado chileno. Pero, ¿qué pasa en Santiago? En el censo pasado más de 180.000 capitalinos se reconocieron parte de la etnia mapuche. Hoy muchos de ellos luchan por reivindicar su pueblo, ya sea a través de la difusión de su cultura o haciendo demandas desde la urbanidad, jugando un rol importante los medios de comunicación independientes.

«Arauco tiene una pena que no la puede callar, son injusticias de siglos que todos ven aplicar», cantó Violeta Parra al referirse al conflicto mapuche que ha durado más de cuatros siglos desde la llegada de los españoles a Chile. No obstante, al cumplirse otro 12 de octubre más, este pueblo demanda a otro actor, al estado chileno por usurpación de tierras en distintos regímenes de gobierno. Marchas, candidato presidencial, tomas de terrenos y huelgas de hambre han marcado la contingencia. Desde Santiago la mirada no es muy diferente, los wariaches (mapuches urbanos) hoy están conscientes de que son un grupo importante de la población y señalan que no han conseguido la reivindicación que buscan porque falta organizarse mejor y lo están logrando poco a poco, gracias a que se relacionan más entre sí y a que algunos cuentan con apoyo de medios de comunicación independientes.

El Censo 2002 arrojó que 182.918 capitalinos se consideraban parte de esta etnia originaria, representando así a un 3% de la población santiaguina. ¿Qué hace ser mapuche?. Para Ignacio Lefinao, quien tiene un puesto de artesanía en el cerro Santa Lucía, el ser parte de este pueblo tiene que ver mucho con reconocerse parte de él y no permitir que la cultura se pierda a través de las generaciones. De esta manera él siempre le ha dicho a sus hijos que se deben reconocer como mapuches y aprovechar las instancias para aprender de su pueblo.

Ignacio es proveniente de Liquiñe, Décima Región, él señala que Chile es un país muy racista, sobre todo en la capital, ya que él vivió en Argentina y la situación no le pareció así. «A mi hijo sus compañeros de curso le dicen indio o lo molestan por llevar un apellido distinto, pero luego él les reclama y les dice que es mapuche y no indio»… «Además la profesora lo defiende, porque tiene el primer lugar del curso y reta a los compañeritos que le dicen indio tonto».

Si bien Ignacio Lefinao reconoce practicar casi ninguna tradición de su pueblo, está consciente de que su cultura no desaparecerá y por ello insiste en que sus hijos aprendan de ella, aunque él ya no maneje cabalmente el mapudungún. Quizás por eso mismo a él no les costó adaptarse a la capital como dice, ya que en Liquiñe apenas se realizan nguillatunes (ceremonia ritual para agradecer a la tierra), ya que hace medio siglo ese sector se transformó en pueblo y las comunidades mapuches fueron desplazadas cada vez más hacia la cordillera, quedando de esta manera muy distanciados e incluso, muchos de ellos emigraron a ciudades como Ignacio.

El rescate de la mapu en territorio winka

El Censo 2002 indicó que muchos mapuches viven en Santiago y se han tenido que adaptar a los winkas como ellos denominan a quien no es mapuche, ni pertenece a etnias indígenas. De esta manera educan a sus hijos en escuelas de la ciudad, usan ropas de la ciudad y se expresan mayoritariamente en el lenguaje de la ciudad el winkadungún (español).

Pero hay quienes, que desde la urbanidad organizándose o usando medios de comunicación, hacen un rescate de la cultura de este pueblo y a la vez luchan por los derechos que dicen no se les respetan. De esta manera las cerca de 80 agrupaciones mapuches que viven en Santiago se esfuerzan en preservar su lengua, destacar que el conflicto mapuche aún no acaba y que desde la ciudad es también posible reunirse para luchar por lo que quieren.

Meli Witran Mapu (tierra de las cuatro esquinas), es una agrupación independiente que cuenta con una página web, del mismo nombre. Enrique Antileo, miembro de la directiva de dicha organización y que participa hace cuatro años en ella, señala que la función principal es «difundir, trabajar y crear alianzas con más personas de Santiago. Queremos trabajar masificando la demanda mapuche desde el ámbito urbano. La gente de las comunidades hace su trabajo desde ellas, nosotros lo hacemos desde la ciudad y por eso queremos sumar más lamñen y peñis (hermanas y hermanos) para acelerar el proceso.

«Esta agrupación fue una de las que convocó a la marcha realizada el lunes 10 de octubre que contó con unas 4.000 personas. El sentido de ella fue «un llamado a la unidad del pueblo mapuche, para enfrentar, denunciar las violaciones a los derechos humanos que han recibido de parte del gobierno, y denunciar la situación de los presos políticos mapuches recluidos y condenados por la ley antiterrorista en Angol, Traiguén y Concepción», señala Enrique Antileo.

En la marcha se hizo un llamado además, a solidarizar con los estudiantes que permanecen en huelga de hambre en Temuco por demandas de mejor trato de parte del Hogar Las Encinas donde viven. Además se recordó al joven Alex Lemún, de 17 años, muerto el 12 de noviembre de 2002.

Si bien esta organización se plantea como política en el sentido de defender las demandas del pueblo mapuche, también cumplen un rol cultural. Hace un año realizaban talleres culturales y dos mujeres de la agrupación, todos los sábados en las mañanas, iban a buscar siete niños cada una y los transportaban en micro hacia la sede de Meli Witrán Mapu para enseñarles mapudungún, bailes y hacer comidas típicas de este pueblo.

Isolina Paillal, miembro de la organización, dice que es importante enseñar a los niños acerca de sus orígenes. «A lo mejor ahora ellos ya no tienen tan marcados los rasgos mapuche, como ser moreno por ejemplo, pero sí tienen apellidos y los winkas se burlan de eso. Sino tienen estos niños un soporte detrás que les diga que sí son un pueblo diferente, se van a quedar de lado, en cambio si hay alguien que les diga que se deben sentir orgullosos de lo que son, al sufrir discriminación no la sentirán tan directa porque sabrán cómo defenderse».

Isolina no pudo seguir su labor de enseñar a niños por problemas monetarios, ya que esta agrupación es financiada por sus propios miembros. No descarta eso sí, que en «poco tiempo más» vuelva a realizar estos talleres, ya que una de las metas cuando se creó esta organización era la promoción del mapudungún y que no se pierda en la urbanidad.

Esta organización no cuenta con el apoyo de la CONADI y los enorgullece el no estar vinculados, ya que según Enrique Antileo, las agrupaciones o colectivos que trabajan con esta entidad gubernamental lo hacen en función del Estado, siendo de esta manera funcionales al Gobierno. No obstante no los excluyen, ya que «se han dedicado a rescatar tradiciones como el Wetripantu (año nuevo), el idioma y las danzas y con ello han sido un aporte a la lucha del pueblo mapuche».

La misma línea de trabajar de forma independiente sigue la página web Ser Indígena que surgió como una iniciativa amparada por el Gobierno el 2001, pero que hoy ya no trabaja bajo su amparo. Heddy Navarro, encargada del sitio en Internet, señala que «nos desligamos de él porque consideramos que así se permitía una mayor difusión que la que nos otorgaba el estar bajo el alero del Estado». En la actualidad trabaja con voluntariado que se encarga de realizar los documentos, videos y audios que contiene, «aunque casi todo el material escrito nos lo mandan las comunidades indígenas del país por iniciativa propia».

Lo que distingue a esta página de otras sitios web que tratan el tema indígena es que ésta traduce todos sus documentos a tres lenguas, el mapudungún, aimara y rapa nui. Posee un diccionario mapuche que, si bien carece de muchas palabras, resulta bastante funcional para traducir topónimos por ejemplo.

Pero no sólo a través de páginas web se busca fortalecer la cultura y el sentir de este pueblo, sino que también a través de otros medios de difusión se busca lograr dicho objetivo.

El mapudungún en el aire

De lunes a sábado a las ocho de la noche, a través de la señal 1300 de la banda AM de radio Tierra, se transmite el programa bilingüe Wixage Anai (despierta y levántate). Es conducido por Elías Paillán y Elizabeth Huenchual. Lo curioso de este espacio, es la dinámica con la que juegan ellos. Mientras él habla en español, ella le contesta en mapudungún y así transcurre la hora que tiene de duración.

Para Elizabeth es muy enriquecedor poder trabajar en la radio Tierra: «Esto me ha permitido creer más en mi pueblo y en nuestra cosmovisión». Ella pretende llegar a todos los mapuches que la escuchan para animarlos a que se atrevan a conocer la lengua y que es necesario para que no se extinga.

El rol del programa en la resistencia mapuche es importante «porque llamamos a rescatar nuestra lengua y cultura, pero detrás de eso hay un llamado a que la gente se organice y se una para tomar poder», señala la conductora radial. De esta manera a través de la radio se difunden las actividades que realizan comunidades mapuches en Santiago. Además se realiza un llamado a que no sólo este pueblo participe en dichas ceremonias o actos, ya que sus conductores instan a que todo quien esté interesado en conocer más y se identifique con esta «causa» asista. A través del reconocimiento identitario como pueblo es que se pretende lograr mayor interés por parte de toda la comunidad con el conflicto que se vive en el sur. Es así como en el programa se habla de los continuos enfrentamientos y persecusión de la que son víctimas los comuneros mapuches en la región del Bío Bío y en La Araucanía por parte de la policía que aplica medidas antiterroristas en contra de ellos.

En la actualidad hay más de 50 páginas web dedicadas al tema de reivindicación de derechos mapuches, algunas de ellas fueron usadas para tildar a este pueblo de «terroristas», como lo señaló el diario Austral de Temuco. Pese a ello, estos medios siguen multiplicándose no sólo en el ciberespacio, ya que poco a poco en radios FM se está abriendo a tratar temas como el conflicto mapuche y las comunidades se organizan para sacar informativos impresos. También usan más el espacio radial para transmitir sus inquietudes, como lo hacen a través de Radio Tierra.

El pueblo mapuche no ha estado durmiendo, el conflicto sigue. Este es el momento en que se están organizando y cobrando más fuerza en cuanto a la identidad que han querido arrebatarles los «winkas», esa identidad que por mucho tiempo se pretendió que incluso el mapuche renegara de ella, es esa identidad la que cobra hoy y mañana más fuerza, porque el pueblo mapuche acá en Santiago, estando en el sur o al otro lado de la cordillera es uno solo. Quizás sea un proceso que recién esté cobrando más fuerza, «quizás demore 10, 20, 30 años más», como señala Enrique Antileo, pero el hecho es que ya se están construyendo los caminos que llevarán a la reivindicación y autodeterminación del pueblo que es lo que finalmente se quiere lograr.

Diccionario de Lenguas Patagónicas

Publicado en Memoria el 01/01/2006 por admin

pataEsta recopilación de las lenguas aborígenes patagónicas contiene en sus 227 páginas, 1440 vocablos tehuelches (chónek y/o aoniken), 4050 mapuches, 545 ona (selk´nam), 150 yámanas y 115 alacaluf.

El precio de venta es de $18. Es una edición del autor Luis Alberto Belloni autor que vive en El Hoyo – Chubut, y puede conseguirse en librerías de la Región; en la Feria de Libros de El Bolsón, que funciona los Martes, Jueves y Sábados al lado del Correo (allì se hace descuento a docentes: $15); o, para el resto del país, por encargo a latrocha@yahoo.com.ar o al teléfono (02944) 1560 6487).

Luis Belloli, nació en Lobería, provincia de Buenos Aires, y desde el año 1999 reside en El Hoyo, provincia del Chubut. Desde entonces ha desarrollado una investigación sobre los pueblos originarios patagónicos, lo que le permitió hacer acopio y análisis de información sobre los mismos. Estudió en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, actualmente en la Universidad Nacional del Comahue y ejerce docencia en escuelas medias de las provincias de Chubut y Río Negro.

Y dice sobre su libro “Cuando compilaba los datos para esta obra, recordaba cuanta razón tenía Guillermo Obiols cuando expresaba: “La modernidad fue un producto europeo en sus orígenes y se extendió universalmente calando hondo en los lugares donde llenó espacios vacíos por desplazamiento de las culturas aborígenes como Australia, Argentina, EE.UU., etc., ante la crisis de este sistema y su reemplazo por el posmodernismo, hoy reaparecen los particularismos culturales en su momento sometidos”, por lo que deseo contribuir con este pequeño “grano de arena” al conocimiento de nuestras culturas ancestrales.

Es mi intención que esta recopilación de vocablos de las lenguas tehuelche (1468), mapuche (4056), ona (selk’nam) (542), yámana (149) y alacaluf (116), sirva a todos los interesados para conocer más sobre nuestro pasado y de alguna manera nuestro presente, ya que como bien decía Aimé Painé, en 1987: “A las maestras les diría que cuando encuentren en el manual de 5° grado que los indios ‘vivían’, que ese tiempo lo corrijan porque los indios ‘vivimos’ en Formosa, en el Chaco, en Salta, en la Patagonia. Hay miles de aborígenes en la Argentina. Pero es muy poco lo que se conoce sobre las culturas aborígenes”. No es un libro estrictamente científico, solo trata de informar a personas curiosas, pero si desean profundizar o entrar en polémica sobre algunas de las acepciones o regionalismos citados, he colocado abundante bibliografía para consultar.

Dadas las dificultades que tuve que sortear para llevar adelante la investigación sobre toponimia, nombres de fauna y flora, numerales de los pueblos originarios patagónicos; la diversidad de libros, personas que entrevisté, formal o informalmente, de lenguas orales sin ningún tipo de sustento escrito, me decidí a compilar todo lo que había anotado en diferentes cuadernos, papeles sueltos, para mis otros dos textos. Se sabe hoy que los aborígenes habían nominado todo: fauna, flora, toponimia, estrellas, etc., pero muy poco de ello se halla registrado y menos aún, reunido en un solo texto.

Este libro es de alguna manera mi modesta investigación sobre las lenguas aborígenes patagónicas, con las acepciones, regionalismos.”

Otras obras del autor
(que se consiguen de la misma forma que el diccionario):

o “El Gondwana, Educación Ambiental desde los patios escolares andino patagónicos”, 1º edición enero 2003, 2º edición agosto 2003 La obra está dirigida a docentes de todos los niveles y guías de turismo, y el contenido versa sobre: didáctica de la educación ambiental, el antiguo territorio gondwanico, la fauna, flora, líquenes y hongos andino patagónicos en lenguaje vulgar, científico y aborigen y ejercitación (mas de 150 actividades) para realizar con los alumnos y/o turistas. Declarado de Interés Educativo Provincial por el Ministerio de Educación de la Provincia del Chubut, por resolución 331/04. ISBN 987-43-5508-5(1º ed) e ISBN 987-43-6354-1 (2º ed)